Weidel, al frente de un partido euroescéptico y homofóbico, inició su discurso como candidata en las elecciones del 23 de febrero con un agradecimiento a Musk, "quien pone en práctica la transmisión en vivo de nuestro congreso (por la red social X, NDR) para que todos puedan ver qué políticas hacemos".
"Libertad de interlocución! Estamos a favor de la libertad de expresión en este país", bramó en la convención de su partido en Riesa, Sajonia.
Scholz también se enfocó en el magnate. "Incluso desde Estados Unidos, ciertas fuerzas están trabajando de manera selectiva para destruir nuestras instituciones democráticas occidentales", afirmó durante su discurso en el congreso de su fuerza, en Berlín, aludiendo al apoyo de Musk a AfD, aunque sin mencionarlo nunca.
"Siempre se aplica un principio. Hemos escuchado algunas declaraciones desde Estados Unidos que han causado preocupación.
El principio de inviolabilidad de las fronteras se aplica a todos los países", disparó luego el ex canciller en tácita referencia a las posturas de Trump sobre Groenlandia, el Canal de Panamá y más.
"Esto es parte de los valores occidentales, que son nuestros valores. El SPD seguirá identificándose con estos valores. Seguiré identificándome con estos valores, afirmó entre aplausos y ovaciones de la asamblea.
Scholz regresó a los acontecimientos de su coalición, que se derrumbó con la destitución de su ministro de Finanzas, Christian Lindner, y expresó sus dudas, pero hizo un balance no del todo negativo. "Hemos tenido tres años difíciles. Muchas peleas. Mucha desconfianza. Algunos errores. Quizás debería haber golpeado la mesa con el puño primero. Quizás debería haber terminado la coalición antes. Ya el verano pasado quedó claro que los liberales no querían ser constructivos", describió.
Su objetivo, explicó, era mantener unida a la coalición, "pero la unidad no se puede ordenar desde arriba", explicó.
"Miren lo que está sucediendo en Austria, donde se nombra a un canciller que -no hay otra manera de describirlo- es de extrema derecha. Esto es preocupante y no podemos simplemente aceptarlo", advirtió luego.
"Son tiempos serios. Vivimos tiempos muy serios", continuó Scholz. "Estamos en un momento, que nunca antes creímos posible.
Un momento en el que no hay inhibiciones, en el que los extremistas de derecha atacan a los políticos, como les ocurrió a algunos miembros del SPD en los últimos días. No seremos indulgentes", disparó.
"No es momento para hechizos. No es momento para viejas recetas. No es momento de hacer política a espaldas de la gente corriente", completó enfático.
Weidel se paró en la vereda de enfrente y agitó su postura anti inmigrante. "El mensaje debe ser claro: las fronteras de Alemania están cerradas!", aulló. "Queremos eliminar todas las formas de apoyo a quienes no tienen derecho a quedarse y llevar a cabo una repatriación a gran escala. Quiero ser muy clara: si tenemos que llamarlo re-migración, entonces realmente significa re-migración", afirmó Weidel.
Ella y los delegados de su partido tuvieron dificultades en llegar al congreso, por numerosos bloqueos de opositores y manifestantes.
"Quieres saber qué va a pasar aquí cuando nos peleemos? ¡Cerraremos los estudios de género y echaremos a esos profesores!", disparó más adelante Weidel, también homofóbica.
La AfD sigue creciendo en Alemania: el instituto Insa le asigna al partido de extrema derecha un enorme 22%, mientras que la CDU y la CSU pierden un punto porcentual y se quedan en el 30%. Los liberales del FDP se sitúan con el 4% y, por tanto, por debajo del umbral para obtener parlamentarios. El Partido de Izquierda aparece también fuera del Parlamento. Para Insa, PD sigue siendo la tercera fuerza con un 16%, después están los Verdes con un 14%, mientras que el movimiento de Sahra Wagenknecht pierde un punto, pero, a diferencia de otras encuestas, supera el umbral del 5%.
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