La UE no quiere elevar los tonos, aun observando los nubarrones en el horizonte. No es su estilo, digamos. Sin embargo, corresponde marcar el territorio. "La moderación de los contenidos -nota Bruselas- no significa censura".
"La libertad de expresión está en el centro de la Ley de Servicios Digitales (DSA), que establece las normas para que los intermediarios en línea combatan los contenidos ilegales, salvaguardando la libertad de expresión y de información en línea: ninguna disposición de la DSA obliga a las plataformas a eliminar contenidos legales", dijo a ANSA un portavoz de la Comisión Europea en respuesta a las acusaciones del propietario de Facebook.
En resumen, la Ley de Servicios Digitales no es el diablo ni, mucho menos, una mordaza orwelliana; en todo caso, un compromiso justo para crear una experiencia en línea "más justa y representativa", respetando la diversidad y la individualidad de todos los usuarios, incluidos (y sobre todo) abordar los "sesgos en los algoritmos de recomendación". En la práctica, la condena de la burbuja, que, sin embargo, genera tráfico e interacciones.
En el frente Musk, París está elevando los tonos. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, instó a la Comisión Europea -que por ahora opta por un perfil bajo para "no alimentar la polémica"- a actuar "con la mayor firmeza", imaginando incluso la "suspensión del servicio", ya previstas por las leyes comunitarias. "O la Comisión aplica las normas que nos hemos fijado para proteger nuestro espacio público, o no lo hace, pero entonces tendrá que devolver a los Estados miembros de la UE, y, por tanto, a Francia, la capacidad de hacerlo: tenemos que despertar", tronó.
También se suma el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez y con declaraciones muy duras. "El fascismo -declaró- es ya la tercera fuerza política en Europa y la ultraderecha internacional, liderada por el hombre más rico del planeta, ataca abiertamente a nuestras instituciones, aviva el odio, llama a apoyar a los herederos del nazismo en Alemania en las próximas elecciones".
Queda por ver qué cosa decidirán hacer los 27. Hasta el momento, según se sabe, el tema será tratado en el Comité de Representantes Permanentes mañana, el primero de 2025.
La actividad más intensa se encuentra en las capitales.
Mañana, por ejemplo, tendrá lugar una visita relámpago al Reino Unido del presidente francés Emmanuel Macron, que será recibido por el primer ministro británico Keir Starmer, golpeado por una violenta campaña de difamación en la red X -instigada por Musk- por el presunto encubrimiento del escándalo de las violaciones colectivas contra niñas y niños ocurridos en algunas comunidades paquistaníes del norte de Inglaterra, bastiones electorales del Partido Laborista.
La agenda oficial de la reunión se centra en otras cosas, pero por ahora solo se puede ver que (casi) todas las principales capitales europeas -Londres, París, Berlín y Madrid- se alinearon contra el neo-oligarca sudafricano, que pronto será miembro de pleno derecho de la Administración norteamericana.
Musk "se expresa como un ciudadano privado y tiene derecho a expresar sus opiniones, como todo estadounidense", afirmó el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken.
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