Se trata de una lista de cerca de 425 mil nombres de sospechosos, a lo largo de los años, por su posible colaboración con el régimen nazi durante el Holocausto.
Hasta ahora, solo los investigadores y familiares de las personas acusadas podían acceder a esta información anteriormente confidencial y conservada en el Archivo central holandés.
Pero hace apenas dos años, "War in the Court", una organización holandesa dedicada a la preservación de la memoria, anunció que haría los documentos disponibles en línea cuando ya no estuvieran protegidos por las leyes de privacidad del país.
Lo cual ocurrió a finales de 2024, por lo que los visitantes del sitio web de la asociación pueden ahora navegar por esta lista de 425.000 personas,sobre el papel todas investigadas por su potencial colaboración con las SS durante la Shoa.
Sin embargo, la disponibilidad pública de todo este material, con la excepción de aquellos que podrían estar vivos porque están protegidos por la ley de la UE, desató una fuerte polémica en los Países Bajos.
La razón es simple: relativamente pocas de las personas incluidas en la base de datos fueron acusadas formalmente de delitos y no todas fueron investigadas formalmente.
El gobierno de los Países Bajos investigó a 300.000 personas por colaborar con los nazis y más de 65.000 de ellas fueron procesadas mediante procedimientos judiciales especiales en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Los colaboradores, gracias a su trabajo de delación, permitieron a los nazis matar a cerca de tres cuartas partes de los judíos holandeses, incluyendo a su víctima más famosa, Ana Frank, y su familia.
La identidad de la persona que reveló el escondite de Frank sigue siendo objeto de debate.
Sin embargo, existe un problema en los Países Bajos, ya que solo en 2020 el gobierno holandés se disculpó por no proteger a los judíos durante el Holocausto, mucho después de que otros líderes europeos y judíos locales pidieran disculpas.
Más recientemente, algunas instituciones holandesas han intentado enmendar su papel en el Holocausto. Por ejemplo, la empresa pública holandesa de tranvías GVB, que entonces transportaba judíos a la muerte, anunció que colocaría monumentos en tres lugares de deportación, mientras que la ciudad de Amsterdam se comprometió a pagar 100.000 euros -y posiblemente más en el futuro- a grupos judíos locales.
Por último, el año pasado, los Países Bajos también inauguraron su primer museo nacional del Holocausto.
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