Y ahora, con la parada del tránsito desde Ucrania, además del ya cerrado Nordstream, la única ruta de suministro a Europa desde Rusia sigue siendo el Turkstream, el gasoducto que va de Rusia a Turquía.
Los europeos decidieron minimizar la dependencia del gas del Kremlin para cortar los fondos a sus arcas y aislarlo. Pero Moscú también ha reducido sus exportaciones, en represalia por las sanciones impuestas por Bruselas: en agosto de 2022, cuatro meses después del inicio de la invasión, Gazprom interrumpió el flujo de gas natural a través del gasoducto, principal conexión de Rusia a Alemania, y por lo tanto a Europa, denunciando la falta de recursos para el mantenimiento.
E inmediatamente después también se anunció la parada de la entrada en funcionamiento de Nordstream 2, la duplicación del gasoducto que Se suponía que debía garantizar el suministro a Europa a través del Mar Báltico. La planta, entre otras cosas, fue saboteada con cargas explosivas en septiembre de 2022: un ataque que según las autoridades alemanas fue obra de los ucranianos.
En cuanto al acuerdo de tránsito entre Moscú y Kiev, que aún no ha sido renovado por los ucranianos, el impacto equivaldrá al 5% del total de las importaciones europeas de gas, estima el grupo de expertos Bruegel, que recuerda cómo esta línea de tránsito afectó principalmente a Austria. Hungría y Eslovaquia.
Por tanto, actualmente Europa recibe gas de Rusia a través de una única ruta: el Turkstream, que atraviesa Turquía y continúa hacia Bulgaria, Serbia y Hungría. Los datos de flujo hasta 2023 muestran que los suministros a través de TurkStream al sudeste de Europa aumentaron fuertemente en julio, alcanzando un máximo mensual récord de 1,29 mil millones de metros cúbicos.
El nivel récord mensual anterior fue de 1.280 millones en diciembre de 2021.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Noruega y Estados Unidos se han convertido en los principales proveedores de gas de la UE, a los que se han sumado algunos países del norte de África, el Reino Unido y Qatar.
Hasta tal punto que en 2023 el gas ruso representó solo el 15% de las importaciones totales de Europa (equivalentes a 43 mil millones de metros cúbicos, de los cuales 18 mil millones de metros cúbicos de GNL) frente a una proporción que superaba el 50% (aproximadamente 150 mil millones de metros cúbicos) antes del conflicto.
Hasta la fecha, las importaciones procedentes de Rusia han caído aún más, hasta el 8%, según datos publicados por el Consejo Europeo.
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