Al llegar a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza, también evocó el fantasma del Memorando de Budapest, que cumplirá 30 años el 5 de diciembre.
"Renunciar a las armas atómicas sin garantías de seguridad efectivas fue un error estratégico", afirmó Kiev. Y para corregirlo hoy necesitamos "la entrada total en la OTAN".
La última reunión ministerial de Antony Blinken, el secretario de Estado norteamericano, se realizó en medio de crecientes tensiones -qué hacer con Ucrania y sobre Ucrania- y nuevas alarmas.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, señaló claramente a Rusia y China, culpables de haber intentado en los últimos años "desestabilizar nuestras democracias con actos de sabotaje, ciberataques, desinformación y chantaje energético, para "intimidarnos".
Por eso, los ministros encargarán a la OTAN que desarrolle "una nueva estrategia para contrarrestar la guerra híbrida".
"La campaña contra nosotros es constante", explicó un alto funcionario aliado.
Los principales actores son, por supuesto, Rusia y China, pero también están implicados Irán y Corea del Norte.
Pekín, en particular, ha "preposicionado software malicioso en infraestructuras críticas con intenciones tanto de espionaje como de fricción con el sistema".
Rusia, además de colocar malware, pero favoreciendo los sistemas de control industrial, participa activamente en operaciones de sabotaje "con un creciente apetito por causar daños a las estructuras y a la vida de las personas".
Una de las cuestiones más delicadas es la posible colaboración entre Rusia y China en esta campaña, en nombre de la asociación ilimitada firmada entre Vladimir Putin y Xi Jinping.
"Hemos visto dos daños causados ;;por barcos chinos: uno tenía un capitán ruso, otro había salido de un puerto ruso. No tengo pruebas para decir que fue coordinado, pero no soy ingenuo, de eso se trata la asociación entre Moscú y Pekín", destacó el funcionario de la OTAN.
Volviendo a Ucrania -los ministros se reunieron para cenar con Sibiha y el nuevo alto representante de la UE, Kaja Kallas-, la cuestión de posibles negociaciones de paz, de una tregua y en qué condiciones, se cierne ahora con mayor insistencia.
Rutte, sin embargo, quiso despejar el campo de distracciones: "Ucrania necesita menos ideas sobre cómo organizar el proceso de paz y más ayuda militar, para garantizar que cuando decida abrir negociaciones lo haga desde una posición de fuerza".
Un mensaje que funciona tanto para los aliados como, paradójicamente, para Kiev.
Sibiha tomó la pelota e inmediatamente presentó el proyecto de ley: se necesitan 19 baterías de defensa aérea para evitar que Putin destruya permanentemente la red eléctrica.
Dicho esto, el ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania publicó un extenso documento en el que articula su posición y pide a los signatarios occidentales del Tratado de Budapest (Estados Unidos y Gran Bretaña) que básicamente hagan las paces.
"Invitar a Ucrania a unirse a la OTAN ahora se convertirá en una respuesta eficaz al chantaje ruso y privará al Kremlin de sus ilusiones sobre la posibilidad de obstaculizar la integración euroatlántica de Ucrania".
Estos son argumentos válidos.
De hecho, el Kremlin respondió inmediatamente: "Para nosotros sería sencillamente inaceptable".
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