En Ucrania es necesaria "una paz justa", que respete "la Carta de las Naciones Unidas" y el "derecho internacional", le dijo Guterres a Putin, sentado frente a él en la mesa ampliada de la cumbre de los BRICS en Kazán. Pero el presidente ruso, al final de los trabajos, anunció ante los medios de comunicación que Moscú solo considerará propuestas de negociación que reconozcan la "situación real sobre el terreno". Es decir, el control ruso sobre los territorios conquistados.
Por tanto, no hay paso atrás, mientras Putin dice estar seguro de que su ejército "está avanzando en todos los sectores del frente" y ha "comenzado a eliminar" a 2.000 soldados ucranianos atrapados en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas de Kiev habían penetrado el pasado agosto.
Precisamente en Kursk, afirmó la inteligencia ucraniana, los comandos rusos empezaron a desplegar tropas norcoreanas que, según Ucrania, Corea del Sur y la OTAN, fueron enviadas por Pyongyang sobre la base de un acuerdo de cooperación militar aprobado hoy en primera lectura de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso. El propio Putin no negó la llegada del ejército norcoreano.
"Las imágenes satelitales son una cosa seria, si existen, deben corresponder otra cosa", afirmó el presidente ruso en una rueda de prensa, añadiendo que el artículo 4 del acuerdo entre Rusia y Corea del Norte prevé la prestación de asistencia militar mutua en caso de agresión a uno de los dos países. Y esta es a los ojos de Moscú la incursión ucraniana en Kursk.
Putin acusó luego a los países occidentales de participar en el conflicto con sus propios ejércitos utilizando armas sofisticadas, como misiles y drones marinos, que "los soldados ucranianos por sí solos no pueden utilizar".
"Sabemos quiénes están allí y de qué países europeos de la OTAN proceden", insistió.
El jefe del Kremlin no parece, por tanto, particularmente sensible a las preocupaciones expresadas por Estados Unidos y los países europeos sobre una posible ampliación del conflicto.
Un peligro confirmado por las declaraciones del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, según el cual Seúl "no se quedará de brazos cruzados" ante esta "provocación" y podría decidir "revisar" la línea seguida hasta ahora de no abastecer a Kiev armas letales".
Fortalecido por el éxito de imagen alcanzado con la cumbre de Kazán, en la que hoy participaron de forma ampliada 35 países, Putin parece querer continuar su camino, aunque se dijo agradecido por las ofertas de mediación hechas por varios Estados, entre ellos incluidos China y Brasil.
En resumen, el Kremlin, así como el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en el otro frente, no parece dispuesto a suavizar sus posiciones mientras espera el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses.
En este sentido, Putin dijo que considera "sinceras" las palabras de Donald Trump cuando dice que si es elegido pretende poner fin rápidamente al conflicto en Ucrania.
En cuanto a las futuras relaciones entre Moscú y Washington, añadió, "dependen en primer lugar de Estados Unidos" y luego de la próxima administración.
El resto del último día de la cumbre se dedicó en gran medida a Medio Oriente, con llamamientos, a los que se sumó Guterres, para poner fin "inmediatamente" a toda la violencia.
Así como las renovadas afirmaciones de los participantes de querer participar en la construcción de lo que Putin llamó "un orden mundial más equitativo".
No es un proceso fácil, admitió el presidente ruso, según el cual se ve obstaculizado por "fuerzas acostumbradas a pensar y actuar en la lógica de la dominación, sobre todo y sobre todos".
Es decir, los occidentales.
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