Sverdlov se encuentra entre los mayores productores rusos de explosivos militares, hasta el punto de que es objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y la UE: de hecho, la fábrica produce explosivos, misiles, proyectiles de artillería y bombas de aviación, incluido el temible Kab, que desde febrero de 2022 llueve del cielo sobre toda Ucrania.
"Los drones atacaron", afirmó la fuente ucraniana, reivindicando el éxito del ataque sin precisar, no obstante, los daños.
Por su parte, Moscú confirmó que los drones ucranianos tenían como objetivo la zona, afirmando, no obstante, que la incursión fue frustrada: "La defensa antiaérea y de guerra electrónica repelió un ataque con drones contra el territorio", declaró Gleb Nikitin, gobernador de la región de Nizhni Nóvgorod.
"Cuatro empleados del parque de bomberos, situado en el territorio de la empresa industrial, resultaron heridos leves por la metralla", añadió.
En total, el ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado 110 drones durante la noche en varias regiones, uno de ellos sobre Moscú.
Las autoridades de aviación rusas también informaron del cierre temporal del aeropuerto de Kazán, a unos 1.000 kilómetros de la frontera ucraniana, el domingo por la mañana por motivos de seguridad.
La agencia Rosaviatsia no especificó el motivo de la suspensión de los vuelos, pero este tipo de restricciones suelen imponerse cuando se informa de ataques de drones ucranianos.
Precisamente en Kazán, el presidente ruso, Vladimir Putin, reunirá a una veintena de líderes extranjeros, con motivo de la cumbre de los BRICS, del 22 al 24 de octubre.
Una cumbre con la que el líder del Kremlin pretende demostrar el fracaso de los esfuerzos occidentales por aislarlo: la reunión representa de hecho una clara afrenta a las sanciones contra Rusia y una demostración de fuerza diplomática, mientras que Occidente observará atentamente la reunión para sopesar los actuales equilibrios geopolíticos.
Al reunir "el sur y el este del mundo", los BRICS deben "construir ladrillo a ladrillo un puente hacia un orden mundial más justo", es el mensaje lanzado por el asesor diplomático del Kremlin, Yuri Ushakov. Según la presidencia rusa -que habla de la reunión como "el mayor evento diplomático jamás organizado en Rusia"- entre los líderes presentes estará también el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Se espera al presidente iraní, Massoud Pezeshkian, y también al líder chino, Xi Jinping, mientras continúan las acusaciones occidentales contra Pekín de apoyar la invasión rusa de Ucrania: "China es un apoyo decisivo de Rusia en la guerra", atacó el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, subrayando que la Alianza debe "mantener los ojos abiertos" pero también proseguir el diálogo con el país asiático.
Moscú también cuenta con la presencia de Narendra Modi de India y Recep Tayyip Erdogan de Turquía, mientras que el presidente brasileño, Lula da Silva, participará a través de videoconferencia.
El mandatario serbio, Aleksandar Vucic, está indeciso y subrayó hace unos días que, sea cual sea la decisión que tome al respecto, seguirá siendo criticado: "Si voy a Kazán dirán que es el final de la vía europea de Serbia, pero si no voy dirán que traicioné a los rusos".
Mientras tanto, el líder serbio mantuvo una conversación telefónica con Putin este domingo, la primera en dos años y medio.
"Una conversación larga, buena y abierta", informó Vucic, confirmando que "Serbia no impondrá sanciones a la Federación Rusa".
Sin embargo, la ausencia en Kazán del príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, que visitó Bruselas esta semana, generó mucha discusión. De hecho, la deserción de la cumbre rusa alimentó las especulaciones sobre posibles desacuerdos entre Riad y Moscú, pesos pesados ;;de la energía mundial.
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