China y la Unión Europea (UE) aún tienen que llegar a una solución "mutuamente aceptable" sobre los derechos compensatorios a la importación de coches eléctricos fabricados en China de parte de Bruselas.
"A pesar de los importantes avances realizados en algunos ámbitos, aún quedan cuestiones por resolver": los equipos técnicos de ambas partes "realizaron ocho rondas de intensas negociaciones desde el 20 de septiembre en Bruselas, pero aún persisten diferencias importantes", afirmó un portavoz en una declaración del Ministerio de Comercio en Pekín.
El ministerio añadió que había "invitado a negociadores de la UE a continuar los debates en China", con la esperanza de encontrar "una solución aceptable para ambas partes", posible si existe la voluntad de "encontrarnos a medio camino".
La esperanza es poder organizar la misión europea "lo antes posible para acelerar las consultas con una actitud constructiva, con el fin de alcanzar lo antes posible una solución adecuada".
Pekín respondió con enojo a los aranceles de la UE sobre los coches eléctricos, advirtiendo que lanzaría contramedidas: el primer objetivo fue el brandy para alarmar a los productores franceses, preparándose para atacar a los superdeportivos europeos donde Alemania tiene una posición de liderazgo absoluto.
Además, se están realizando investigaciones sobre la carne de cerdo y sus derivados y sobre los productos lácteos.
Bruselas, por su parte, también está investigando las subvenciones chinas a paneles solares y turbinas eólicas.
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