Desde el jueves, grandes zonas de Austria, la República Checa, Hungría, Rumanía y Eslovaquia se han visto afectadas por fuertes vientos y lluvias inusualmente intensas.
"Una vez más nos enfrentamos a los efectos del cambio climático, cada vez más presente en el continente europeo, con consecuencias dramáticas", afirmó el presidente rumano, Klaus Iohannis.
"Debemos seguir fortaleciendo nuestra capacidad para anticipar fenómenos meteorológicos extremos", agregó.
En Rumania, se descubrieron cuatro cadáveres en la región más afectada, Galati, en el sureste, donde 5.000 casas resultaron dañadas.
Cientos de personas han sido rescatadas en 19 partes del país, dijeron los servicios de emergencia, publicando un vídeo de casas inundadas en un pueblo a orillas del río Danubio.
"Esta es una catástrofe de proporciones épicas", dijo Emil Dragomir, alcalde de Slobozia Conachi, una aldea en Galati, donde dijo que 700 casas quedaron inundadas.
El primer ministro Marcel Ciolacu está de visita en la zona, mientras que el presidente Iohannis envió su "pésame a las familias en luto".
Unos 100.000 bomberos se han movilizado en la República Checa, donde el viernes se registraron cerca de 2.900 incidentes, la mayoría de ellos debido a la caída de árboles y a las inundaciones.
Casi 50.000 hogares permanecían sin electricidad el sábao, dijo la compañía eléctrica checa local, y un hospital en la ciudad sudoriental de Brno fue evacuado el sábado por la mañana.
"El suelo ahora está saturado, por lo que toda el agua de lluvia permanecerá en la superficie", dijo en X el ministro de Medio Ambiente, Petr Hladik.
En Austria, los servicios ferroviarios fueron suspendidos esta mañana en el este del país y varias líneas de metro fueron cerradas en la capital, Viena, donde el río Wien amenazaba con desbordarse, según informó la agencia de noticias APA.
Los servicios de emergencia llevaron a cabo cerca de 5.000 intervenciones durante la noche en el estado de Baja Austria, donde las inundaciones habían atrapado a muchos residentes en sus casas.
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