En esa ocasión, socialistas, verdes y liberales lanzarán un tiro al blanco que no sólo afectará a Fitto sino al Gobierno del que todavía forma parte.
Y cada error podría representar, para los grupos proeuropeos, la prueba irrefutable para rechazar la candidatura.
Así Von der Leyen afrontará un fin de semana lleno de llamadas telefónicas y marcado por varias cuestiones que desenmarañar.
El primero es convencer a los socialistas de que no anuncien el "no" a Fitto y, por lo tanto, a su Comisión un minuto después de la presentación del equipo el martes en Estrasburgo.
Además, Von der Leyen tiene algunas cartas que jugar.
En primer lugar, está llamada a asegurar delegaciones fuertes para la española Teresa Ribera, que se prepara para ser el punto de referencia de los socialistas al frente de la Comisión.
A la ministra símbolo de la transición ecológica ibérica habría que asignarle la poderosa Competencia pero no el Clima.
En segundo lugar, para suavizar las posiciones del grupo S&D, Von der Leyen debería entregar la delegación de asuntos sociales y políticas de vivienda al popular austriaco Magnus Brunner.
Sin embargo, es más difícil convencer a Luxemburgo de que cambie de candidato en la fase final, es decir, del popular Christophe Hansen al "Spitzenkandidat" de los socialistas y al comisario saliente Nicolas Schmit.
Por su parte, el grupo S&D no le cerró las puertas a Fitto: "Estamos negociando, hay muchas cuestiones en juego. No queremos hablar de líneas rojas, sino de prioridades. No entendemos por qué un gobierno que dijo, claramente, que no apoya a Von der Leyen tiene un papel como el nuestro o el de los populares y liberales, explicaron fuentes socialistas.
"Von der Leyen es presidenta gracias a las fuerzas pro-UE y, por lo tanto, no es comprensible tener un vicepresidente ejecutivo de ECR. Pero seremos responsables. Fitto tendrá que demostrar al Parlamento si es pro-UE y si lo hará hay que estar preparado".
El tema es que, dentro del grupo que dirige Iratxe García Pérez, las sensibilidades son otras.
Franceses y alemanes llevan días en las trincheras, mientras los españoles esperan con cautela la evolución de las negociaciones.
Por su parte, el Partido Democratico adoptó una posición intermedia, que también tiene en cuenta el interés nacional.
"Italia debe tener el reconocimiento que se merece, pero precisamente por eso es importante que sigamos la estela del programa proeuropeo votado en julio y que ahora debe aplicarse", explicó el jefe de la delegación del PE, Nicola Zingaretti, en una entrevista con Corsera.
Por supuesto, no será un paseo por el parque para Fitto.
La delegación en asuntos económicos está cada vez más alejada pero la cartera en PNRR y Cohesión parece confirmada.
La cuestión es que en la Cámara Europea se le pedirá a Fitto que se distancie claramente de la línea de Giorgia Meloni en aras de unirse a la Comisión. "No veo ningún problema con su candidatura", le aseguró el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani. Sin embargo, no es sólo Italia la que amenaza el calendario de Von der Leyen.
En Eslovenia, la comisión parlamentaria que el viernes debe respaldar la candidatura de Marta Kos en lugar de la de Tomaz Vesel está en manos del grupo SDS, un partido de la familia popular pero liderado por Janez Jansa, cuyas posiciones son desde hace tiempo cercanas a las de Orban.
Y el cambio sobre la marcha del candidato, presuntamente presionado por Von der Leyen por la cuestión de los cupos, generó descontento bipartidista en Eslovenia.
Hasta tal punto que se pidió a la delegación socialista acceso a la documentación procesal que subyace a la retirada de Vesel y a la toma de poder de Kos.
El martes ya está cerca pero, al mismo tiempo, podría estar muy lejos.
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