Europa busca cómo ganar poderío económico frente a potencias como Estados Unidos y China. Como parte de este esfuerzo, la Comisión Europea encargó hace casi un año a Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), la elaboración de un informe con el objetivo de diagnosticar y presentar un ambicioso plan para revertir esta tendencia. El documento, que ha generado gran expectativa, ha sido publicado este lunes.
Una de las principales conclusiones del documento es que serán necesarias inversiones masivas para que la Unión Europea sea competitiva. Y como ejemplo, cita un dato preocupante: "Solo cuatro de las 50 mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas". El economista asegura que serán necesarios entre 750.000 y 800.000 millones entre dinero privado y público. Para llevar a cabo estas inversiones, Draghi propone crear un fondo de deuda común.
"Los valores fundamentales de Europa son la prosperidad, la justicia, la libertad, la paz y la democracia en un entorno sostenible. La UE existe para garantizar que los europeos siempre puedan beneficiarse de estos derechos fundamentales. Si Europa ya no es capaz de garantizarlos, habrá perdido su razón de ser. La única manera de afrontar este desafío es crecer y ser más productivos, preservando nuestros valores de equidad e inclusión social. La única manera de ser más productiva es que Europa cambie radicalmente", escribe Draghi en la introducción de su informe. La productividad, subraya, "es un desafío existencial para la UE".
"Si se dan las condiciones políticas e institucionales, la UE debería continuar - basándose en el modelo NextGenerationEu - emitiendo instrumentos de deuda comunes, que se utilizarían para financiar proyectos de inversión conjuntos destinados a aumentar la competitividad y la seguridad europeas", sostiene el trabajo.
"Las necesidades financieras necesarias para que la UE alcance sus objetivos son enormes" y para alcanzar los objetivos indicados en el informe Draghi "se necesitan al menos 750-800 mil millones de euros de inversiones anuales adicionales, según las últimas estimaciones de la Comisión, equivalentes a 4,4-4,7% del PIB de la UE en 2023". "A modo de comparación, las inversiones del Plan Marshall en el período 1948-51 equivalieron al 1-2% del PIB de la UE", se lee en el reporte más adelante.
"Hemos dicho muchas veces que el crecimiento se ha estado desacelerando en la UE durante mucho tiempo, pero lo ignoramos.
Hasta hace dos años nunca hubiéramos tenido una conversación como esta porque en general las cosas estaban bien. Pero ahora ya no podemos ignorarlo: las condiciones han cambiado", advierte.
"Urgencia y concreción son dos palabras clave del informe", afirmó Mario Draghi, subrayando que el documento presenta alrededor de "170 propuestas". "No partimos de cero, quiero tranquilizarlos", añadió Draghi, observando cómo, como tercer pilar para un cambio en la productividad, el trabajo identifica el de la "innovación".
"El único consejo que damos en materia de política de competitividad es que hay que tener en cuenta la innovación y la resiliencia. Hemos propuesto dejar de eximir las ayudas estatales que deben utilizarse para proyectos conjuntos.
"Recomendamos también que la competitividad mire más hacia el futuro", añadió el expresidente del BCE, subrayando cómo las propuestas lanzadas por el Informe "pueden aplicarse inmediatamente".
"Hasta ahora, muchos esfuerzos para profundizar la integración europea entre los Estados miembros se han visto obstaculizados por la unanimidad. Por lo tanto, deberían aprovecharse todas las posibilidades que ofrecen los Tratados de la UE para ampliar la votación por mayoría cualificada", destaca y sostiene que la mayoría cualificada debería "ampliarse a más ámbitos", al tiempo que pide - en caso de estancamiento - el recurso a una "cooperación reforzada".
El informe Draghi recomienda "aumentar la financiación europea" para la Investigación y el Desarrollo (I+D) en materia de defensa y centrarla en "iniciativas comunes". Este enfoque podría desarrollarse a través de "nuevos programas de doble uso y una propuesta de proyectos de defensa europeos de interés común" para organizar la necesaria cooperación industrial.
"Ningún Estado miembro puede financiar, desarrollar, producir y sostener eficazmente todas las capacidades e infraestructura necesarias para mantener el liderazgo" en las tecnologías más avanzadas de la actualidad, apunta.
"La emisión de activos 'comunes' de forma más sistemática requeriría un conjunto más sólido de reglas fiscales que garanticen que un aumento de la deuda común vaya acompañado de una trayectoria más sostenible de la deuda nacional", señala otro tramo del trabajo. "La emisión de activos seguros comunes para financiar proyectos de inversión conjuntos podría seguir los modelos existentes, pero debería ir acompañada de todas las garantías que implicaría un paso tan fundamental", advierte el ex primer ministro.
"Necesitamos adoptar una nueva actitud hacia la cooperación: eliminar obstáculos, armonizar reglas y leyes y coordinar políticas. Hay varias constelaciones en las que podemos avanzar, pero lo que no podemos hacer es no avanzar en absoluto. Para avanzar debe ser fuerte, nunca en el pasado la escala de nuestros países ha parecido tan pequeña e inadecuada en comparación con la magnitud de los desafíos", avisa luego.
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