En una nota en respuesta a la condena europea "por las peligrosas acciones de los buques guardacostas chinos" del sábado "contra las operaciones marítimas legítimas de Filipinas en la zona de Sabina Shoals, en el Mar de China Meridional" y el cumplimiento de los convenios de la ONU, la misión de Pekín en la UE afirmó que "China está muy descontenta con las acusaciones de la parte europea, las contrarresta y nunca las aceptará".
La UE se había sumado a las críticas internacionales, como las expresadas por Estados Unidos, Australia, Japón y también Taiwán, sobre la creciente asertividad de China y su guardia costera en las aguas disputadas con Filipinas, subrayando los riesgos "para la seguridad de vida en el mar" y la violación "de la libertad de navegación a la que todas las naciones tienen derecho según el derecho internacional".
Una nota del portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior pedía el cumplimiento de la "Carta de las Naciones Unidas, la Convención sobre el Derecho del Mar (Convenm) y otras normas internacionales pertinentes relativas a la seguridad de la vida humana en el mar", así como el laudo arbitral de 2016 que rechazó las reclamaciones territoriales de Pekín por "infundadas". En resumen, una compleja red de conclusiones a las que la representación china en Bruselas respondió con irritación, sosteniendo que "las repetidas especulaciones de la parte europea sobre la cuestión de la libertad de navegación no son buenas para los intereses de la UE ni para la credibilidad internacional".
La invitación a la parte europea, por tanto, fue a "ser objetiva y justa", con la advertencia de "prestar atención al uso de palabras y acciones sobre la cuestión del Mar Meridional de China".
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