Los pesos pesados ;;ya han proporcionado sus campeones.
Sin embargo, en la lista falta Italia, el único entre los grandes nombres que aún no se ha pronunciado oficialmente.
Raffaele Fitto, como se sab, está en la pole position. Pero su nombre aún no ha sido formalizado en Bruselas (un caso similar al de España, donde el nombramiento de Teresa Ribera parece obvio pero la carta certificada, por así decirlo, aún no ha llegado a los responsables del ejecutivo de la UE).
Para recapitular, de los 27 puestos en juego, dos ya han sido asignados: Von der Leyen ha sido confirmada como presidenta (por lo tanto, la casilla de Alemania está marcada) y la ex primera ministra estonia Kaja Kallas está destinada a convertirse en la próxima alta representante (sujeta a la aprobación de la Cámara Europea, en su caso).
Esto deja 25 posiciones. Aparte de España, sólo hay cinco Estados miembros que aún no se han pronunciado: Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Portugal y, por supuesto, Italia.
La composición del nuevo colegio de comisarios es (como siempre) un sudoku (juego matemático) muy complicado en el que Von der Leyen debe tener en cuenta los apetitos de los países a la hora de asignar las delegaciones, pero también los estados de ánimo del Parlamento, que además de las audiencias de cada candidato individual (tradicionalmente se votan un par de nombres) se expresará con una votación final de todo el equipo.
Un trabajo complejo que, de hecho, ya ha comenzado.
No es casualidad que von der Leyen estuviera hoy en París para reunirse con Emmanuel Macron. ¿Y Giorgia Meloni? "No hay un calendario preciso de llamadas, pero está claro que la presidenta (del Consejo) está actualmente en contacto con todos los líderes", comenta un alto funcionario europeo sobre una posible llamada telefónica en los próximos días con la premier italiana. En algunos casos los retrasos son comprensibles.
En Bélgica, por ejemplo, las fuerzas políticas están negociando intensamente para formar un gobierno después de las elecciones del pasado mes de junio -antes llevaban años- y, por tanto, el expediente del nuevo Comisario aún no se ha tocado: una circunstancia que podría favorecer al saliente Didier Reynders.
Bulgaria también se encuentra en medio de una crisis política. Por último, en Dinamarca, el gobierno de Mette Frederiksen debería combinar el nombramiento del Comisario con una reorganización del gobierno.
Pero como dijimos antes, el panorama ahora está bastante completo. Además de delicado.
Von der Leyen había pedido a las capitales que proporcionaran dos nombres, un hombre y una mujer, para promover el equilibrio de género. Pero nadie lo hizo. Croacia, Finlandia y Suecia al menos propusieron mujeres (como se espera que haga Madrid).
Dieciséis solo hombres. Francia, Hungría, Letonia, Países Bajos y Eslovaquia, al confirmar a los actuales Comisarios, salieron de la situación aprovechando la exención concedida por el presidente en este caso específico.
Por lo tanto, el nombramiento de Raffale Fitto -si es que sucede- empeoraría la situación a este respecto. Con una paradoja. La idea del tándem, que en la estrategia de Von der Leyen debía favorecer las cuotas femeninas, acabará dando lugar a una Comisión con menos mujeres que la anterior. Abriendo así el camino a una posible disputa con la Cámara Europea.
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