Mientras tanto, Rusia condena una vez más el ingreso de periodistas occidentales en la región de Kursk, incluidos periodistas de medios estadounidenses, recordando que ya se han abierto procedimientos penales por cruce ilegal de la frontera contra dos corresponsales de la RAI.
La actividad de los representantes de los medios de comunicación occidentales en este territorio es "una prueba de su implicación directa en la aplicación de una agresión híbrida a gran escala contra Rusia", afirmó la portavoz del ministerio del Exterior ruso, María Zakharova, según la cual sus informes persiguen, entre otras cosas, "la protección de los crímenes de Kiev, la manipulación de la opinión pública y la creación del contexto necesario para un mayor apoyo occidental a las fuerzas armadas ucranianas".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, dijo que sus tropas estaban logrando sus objetivos en la ofensiva lanzada hace casi dos semanas.
En tanto, un funcionario del Comité de Investigación Militar ruso, entrevistado por el conocido presentador de televisión Vladimir Solovyov, afirmó que las fuerzas ucranianas bombardearon y dañaron un tercer puente a lo largo del río Seym, también en la región rusa, con el objetivo de impedir la afluencia de tropas y armamento utilizados por Moscú para obstaculizar el avance de los ucranianos.
En otra región fronteriza rusa, la de Rostov del Don, 18 bomberos resultaron heridos en el incendio que se produjo ayer en un depósito de petróleo de la localidad de Proletarsk y que, según las autoridades locales, fue provocado por el ataque de un dron ucraniano. Por ello, se proclamó el estado de emergencia en la zona.
Mientras tanto, los blogueros de guerra rusos informan de una aceleración de la ofensiva rusa en Donetsk, tal vez facilitada por el retiro de algunas de las mejores unidades ucranianas utilizadas en la incursión en Kursk.
El ministerio de Defensa de Moscú anunció la conquista de otro pueblo, el de Artyomovo. Pero el objetivo más codiciado es Pokrovsk, un centro de más de 50.000 habitantes al noroeste de la capital Donetsk, situado en una arteria estratégica que abastece a las tropas ucranianas y a las ciudades del frente oriental.
Las autoridades locales informan que entre 500 y 600 personas huyen de la ciudad cada día. Pero ahora se ha ordenado la evacuación forzosa de las familias con niños, afirmó el gobernador, Vadym Filashkin, calificando la decisión de "necesaria e inevitable".
El jefe de la administración militar de la ciudad, Serhii Dobriak, destacó que considerando el ritmo del avance del ejército ruso, los residentes de Pokrovsk no tienen más de una o dos semanas para irse.
El asesor de política exterior del presidente ruso, Vladimir Putin, Yuri Ushakov, reiteró que, mientras dure la ofensiva ucraniana en Kursk, la apertura de un proceso de negociación para el fin de las hostilidades sería "inadecuada", y que en cualquier caso se respetarán las condiciones planteadas por el propio Putin en junio, un alto el fuego que sigue siendo válido: el retiro de los ucranianos de las cuatro regiones anexadas por Rusia y la renuncia del gobierno de Kiev a unirse a la OTAN.
Pero el primer ministro indio todavía parece querer intentar actuar como mediador. Después de reunirse con Putin en Moscú en julio, diciéndole que Nueva Delhi está "dispuesta" a "prestar cualquier ayuda" para la paz, Narendra Modi visitará Kiev en los próximos días, según anunció la diplomacia india.
Desde el martes hasta el 23 de agosto, en cambio, se espera que el primer ministro chino, Li Qiang, visite Rusia y Bielorrusia.
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