Una elección de "consistencia", afirma su equipo, mientras Meloni se prepara para la "segunda parte" del partido de las nuevas instituciones europeas. Y pretende colocar una pieza suya en un cargo de peso.
La líder italiana confía en que al final también los melonianos podrán dar su sí el 18 de julio a Ursula von der Leyen para un "bis" de la alemana al frente de la Comisión Europea, pero, por ahora, no descubre su estrategia, que se irá perfeccionando en función de cómo se desarrolle el panorama en las próximas semanas.
Pero ciertamente está dispuesta a hacer que su equipo pese sobre el Parlamento Europeo. Roma también está convencida de que el camino hacia un bis de la alemana es bastante estrecho. Sobre el papel, Von der Leyen puede contar con 399 votos (se necesitan 361). Pero en el Parlamento Europeo el porcentaje de francotiradores es elevado, en torno al 10%, como se recuerda en los círculos políticos, por lo que los próximos días se dedicarán a intentar reforzar su paquete de votos.
Mirando a los Verdes, como les gustaría a los socialistas, Von der Leyen correría el riesgo de dividir al PArtido Popular (PPE) y perder parte del voto de ese grupo. Asimismo, con una apertura explícita a los conservadores, liderados por Meloni, dejaría en el campo el apoyo de los socialistas.
Por lo tanto, la presidenta saliente, e in pectore, tendrá que realizar un gran acto de equilibrio en los temas más candentes, desde la inmigración hasta el enfoque del acuerdo verde. Y basándose en "el contenido de su programa", así como en ese "reconocimiento del papel", la abstención de Italia en el Consejo podría cambiar también en la Cámara Europea.
Pero la estrategia, aseguran quienes se han reunido con la primera ministra en los últimos tiempos, se decidirá más adelante. "Hasta el día 18 no pasa nada", resume un alto directivo de Hermanos de Italia (FdI, el partido de la premier).
Luego, si se confirma el bis, se abrirá cierto tipo de escenario. Si en cambio, Von der Leyen cayera (a manos del "fuego amigo" del Partido Popular, dicen también en la casa socialista), habría "caos", y hay conciencia de eso tanto en la oposición como en la mayoría del gobierno italiano.
Es difícil, se estima en Roma, que se puedan abrir las puertas a un técnico, dado que los demás altos cargos tienen una misión política clara y el PPE no cedería ese puesto en ningún caso. Por ahora, sin embargo, es cuestión de esperar. Los contactos continúan y continuarán, entre bastidores, a medida que se acerque el día D.
Mientras tanto, se observa con marcado interés la votación de las elecciones legislativas francesas, de las que Emmanuel Macron podría salir magullado y en una "cohabitación" con la derecha de Marine Le Pen, lo que, entre otras cosas, pondría en entredicho tanto el nombre francés que se indicará para el encargo (el inquilino del Eliseo quisiera volver a presentar a Thierry Breton) como la cartera que se le confiará.
Precisamente en el ámbito de las comisiones, "todas las opciones están sobre la mesa". Porque, recuerdan los cercanos a Meloni, el presidente tendrá que elegir cómo repartir las delegaciones y vicepresidencias. Podrían ser más o menos que la última legislatura, explican quienes están acostumbrados a la dinámica europea. Italia se mueve en este contexto, apuntando a ese "comisario de serie A", con una cartera económica "de peso", como indicó Tajani. El identikit sigue respondiendo al nombre de Raffaele Fitto, el ministro de 54 años de Asuntos Europeos del gobierno de Meloni.
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