Acusada por sus opositores políticos de querer arruinar a Francia con un programa de gasto descontrolado, la coalición de izquierda que compite en las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y del 7 de julio asegura que podrá financiar sus promesas también gracias a la reinstauración del impuesto a los ricos, suprimido en 2018 por Emmanuel Macron.
En una Francia en ebullición a nueve días de las elecciones, a pesar de un clima todavía otoñal el primer día del verano, el Nuevo Frente Popular (NFP) ilustró su programa de recuperación con 25 mil millones de gasto adicional ya en 2024, y rechazó las acusaciones del primer ministro macroniano, Gabriel Attal, que denuncia "golpes fiscales" en caso de victoria de los "extremistas", sean de izquierda o de derecha.
Según una nueva encuesta Ifop-Fiducial para Le Figaro, Lci y Sud Radio, publicada el viernes, el Rassemblement National de Jordan Bardella y Marine Le Pen sigue teniendo viento a favor y sigue creciendo al 35% de las preferencias (un punto más que el día anterior).
A esa fuerza política le sigue la coalición de izquierda, estable en un 29%, mientras que la mayoría macroniana, que se recupera respecto a los últimos días en un 21,5%, pierde sin embargo medio punto porcentual.
En este contexto, Le Pen -quien denunció el ataque contra uno de sus candidatos por parte de "milicias de extrema izquierda" en el Loira (la policía ha abierto una investigación)- cree que, en caso de una mayoría lepenista en el parlamento, Macron sólo tendría la opción de dimitir "para potencialmente salir de una crisis política".
"No le pido a Emmanuel Macron que dimita. Respeto las instituciones. Sólo observo que cuando hay una crisis política hay tres posibilidades: una reorganización, la disolución (del Parlamento) o la dimisión del presidente", declaró Le Pen durante una intervención en Courrieres, en Pas-de-Calais.
"La reorganización, en esas circunstancias, no me parece muy útil. La disolución acaba de producirse. El presidente no le quedaría otra opción que dimitir para potencialmente salir de una crisis política", explicó.
Mientras, en la rueda de prensa, los dirigentes del Nuevo Frente Popular - coalición formada por el Partido Socialista (PS), Francia Insumisa (LFI), el Partido Comunista (PCF) y los Verdes (EELV)- se declararon convencidos de tener un programa económicamente "virtuoso"'.
Con un aumento del gasto hasta 150 mil millones a finales de 2027 e ingresos equivalentes para las arcas del Estado.
La modalidad para financiar tal gasto será la reintroducción, este año, de un impuesto a los ricos que podría generar hasta 15 mil millones de euros más en ingresos.
"Restauraremos inmediatamente un Isf ('Impôt de solidarité sur la Fortune', impuesto de solidaridad sobre la riqueza), con un componente climático, de 15 mil millones de euros", anunció el senador socialista de Oise, Alexandre Ouizille.
A estos 15 mil millones habría que añadir otros 15 mil millones procedentes de otro nuevo impuesto a los superbeneficios.
Se trataría de 30 mil millones en total destinados a financiar, entre otras cosas, subsidios a la vivienda, la derogación de la controvertida reforma de las pensiones de Macron y aumentos para los funcionarios públicos.
Otra promesa de la izquierda: el aumento del salario mínimo (un 14%, hasta 1.600 euros netos), así como el retorno de la pensión a los 60 años.
Vistos con temor por los círculos económicos y financieros, empezando por el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), la Confindustria, los programas económicos del Nuevo Frente Popular (NFP) y de Rassemblement National (RN), se encuentran entre los principales objetivos de la mayoría macroniana que busca un relanzamiento de cara a la votación.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire -quien hoy se ha comprometido una vez más a situar la relación déficit/PIB por debajo del umbral del 3% en 2027 (frente al 5,5% en 2023)- ve el desplome de las acciones en Bolsa y la "el aumento de la propagación" son las consecuencias directas" de proyectos "totalmente insensatos e irresponsables".
"Un golpe (fiscal) para las clases medias", acusó el primer ministro Attal, mientras que la izquierda asegura que las reformas anunciadas sólo afectarán a los ingresos superiores a 4.000 euros.
La izquierda también debe defenderse de las acusaciones de "antisemitismo" de parte de algunos sectores del gobierno. ''Ni siquiera un candidato del Nuevo Frente Popular fue condenado por antisemitismo'', replicó la líder de los diputados del Insoumis, Mathilde Panot, recordando más bien la ''biblioteca negacionista'' que tuvo en el pasado el diputado lepenista, Frédéric Boccaletti, o las polémicas palabras de Eric Zemmour (Reconquete) sobre Pétain que habría "salvado" a los judíos.
Mientras, en un llamamiento publicado este 21 de junio en el Festival de Música en el periódico Les Inrocks, 500 artistas, entre ellos Clara Luciani, Eddy de Pretto y Gaël Faye, pidieron bloquear a la extrema derecha, abrumadoramente favorecida en las encuestas.
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