Tres personas murieron tras una explosión en una central hidroeléctrica situada en la cuenca artificial de Suviana, en los Apeninos boloñeses.
El infierno en los Apeninos boloñeses, en la central eléctrica de ENEL, se desató hacia las 14.30 hora local (12.30 GMT), cuando una turbina explotó en el octavo piso, provocando, primero, un incendio y luego la inundación del noveno, con el derrumbe de un piso.
La explosión y el posterior colapso abrumó al menos a 12 técnicos, todos ellos empresas externas (uno era un ex empleado de Enel y consultor para esas empresas), que trabajaban en la puesta en marcha de obras de adecuación de la central eléctrica.
Al menos tres, en el octavo piso, murieron instantáneamente y sus cuerpos fueron identificados.
Otros fueron golpeados por el techo derrumbado, antes de que un tubo refrigerante de la turbina inundara el ambiente.
Cuatro personas siguen desaparecidas, pero las búsquedas continuarán toda la noche.
Hay cinco, en tanto, gravemente heridas y hospitalizadas en los hospitales de Parma, Cesena, Bolonia y Pisa.
Desde el momento de la explosión intervinieron 12 equipos de bomberos, incluidos dos buzos.
A ellos se sumaron dos equipos especializados en investigación bajo los escombros: tendrán que operar hasta 40 metros bajo tierra, a 70 de profundidad de la central, para recuperar a los desaparecidos.
El metropolitano de Bolonia, Matteo Lepore, afirmó: "Existe el riesgo de ser una de las tragedias laborales más graves de la historia de nuestro país".
Por su parte, el Presidente de la Región Emilia Romaña, Stefano Bonaccini, recibió el pésame del jefe de Estado, Sergio Mattarella.
"Ahora es el momento del rescate, pero luego exigimos conocer las causas, lo que pasó: realmente no es tolerable que uno pueda morir así en el trabajo", afirmó Bonaccini.
Por su parte, la premier italiana, Giorgia Meloni, expresó su mi cercanía y la del gobierno "a los familiares de las víctimas y de los heridos involucrados".
El viceministro de Infraestructura, Galeazzo Bignami, también se acercó a la central por la tarde.
Aún quedan muchos aspectos por aclarar de la dinámica: parece que antes de la explosión se escuchó un ruido extraño, que obligó a algunos trabajadores a irse.
Y dentro de la central, según informó el alcalde de Camugnano, Marco Masinara, habría habido dos heridos leves, por no querer abandonar a los compañeros.
El trabajo de los rescatistas continuará durante toda la noche, hasta que se hayan encontrado a todos los desaparecidos, mientras las instituciones locales se equiparon para llevar cientos de sándwiches a los rescatistas.
También se encontraba en el lugar el fiscal jefe, Giuseppe Amato. "Ahora es hora de investigar, entonces será hora de entender que qué pasó", dijo a los periodistas.
Inevitablemente se abrirá una investigación: "En este momento, estamos tratando de descubrir qué pasó, lo haremos.
Haremos un registro técnico en los próximos días para realizar los controles urgentes de los cuerpos, verificaremos si es necesario o no proceder con las autopsias y luego haremos más investigaciones".
Los sindicatos, en tanto, también tomaron medidas. Tanto CGIL como UIL de la región, ya movilizados para la huelga nacional prevista el próximo 11 precisamente para exigir seguridad en el trabajo, duplicaron la duración a ocho horas de la huelga.
"Nos enfrentamos a otra masacre", afirmó el secretario nacional de la CGIL Maurizio Landini.
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