Los 27 países en la cumbre de la Unión Europea esperan un paso adelante en materia de defensa, porque el futuro no promete nada bueno y la época de la paz, con sus dividendos, ya quedó atrás. Además, consideran que hay que hacer más por Ucrania en el futuro inmediato y por la propia Europa en el medio plazo.
Sin embargo, actualmente no hay ningún acuerdo sobre cómo dar a la Unión Europea la autonomía estratégica necesaria para hacerle frente a la Rusia de Vladimir Putin.
Todo pasa por el debate en torno al dinero y sobre si hay que endeudarse o no.
Y a la carga se añade el habitual Viktor Orban: su portavoz, en pleno Consejo, declaró que el primer ministro húngaro había "felicitado" oficialmente a Putin por su reelección.
Se trata del único líder europeo que lo hizo, excluyendo al serbio Aleksandar Vucic, quien, sin embargo, está fuera del perímetro de la Unión Europea.
En su carta al Kremlin, Orban subrayó que "la cooperación entre Hungría y Rusia, basada en el respeto mutuo, permite debates importantes incluso en contextos geopolíticos difíciles" y recuerda cómo Budapest se compromete a "lograr la paz".
"La guerra no es inminente, no asustemos a los ciudadanos", afirmó el alto representante de la UE, Josep Borrell, quien, no obstante, reiteró la necesidad de "prepararnos para el futuro y aumentar nuestras capacidades de defensa".
Sin embargo, en la inauguración de la cumbre, después del almuerzo con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, los líderes se reunieron con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, y se encontraron ante un presidente bastante enojado.
"Gracias por la ayuda militar", aseguró. "Pero las municiones son una cuestión vital y es humillante para Europa que escaseen: se puede dar más y es esencial demostrarlo ahora", añadió.
En tanto, se aprobó el nuevo instrumento de asistencia militar a Ucrania por valor de 5 mil millones y, sobre la mesa de los líderes, está la propuesta acerca del uso de los beneficios de los activos rusos para comprar armas (y municiones) en Kiev.
El proyecto de conclusiones, a ese respecto, invita al Consejo a "continuar el trabajo" y, en general, no hay cuestiones críticas insuperables, ni siquiera por parte de los sospechosos habituales.
Al igual que Hungría, que se dice "abierta" a la negociación (la parte de los ingresos adicionales, el 10%, canalizada a través de ayuda civil parece destinada específicamente a satisfacer las necesidades de los neutrales y de Budapest).
En cuanto a los recursos que se asignarán al rearme europeo, el compromiso por el momento parece ser pedir a la Comisión un informe sobre las "posibles opciones", que se discutirá en la cumbre de junio próximo.
Sin embargo, Francia, junto con los países bálticos, Rumanía y Portugal, hizo circular una carta dirigida al Alto Representante en la que se menciona expresamente la hipótesis de una "deuda europea común", que debe explorarse también en combinación con otras soluciones, como nuevas directrices para el BEI.
"Después del Covid-19 hemos desplegado herramientas sin precedentes e incluso ahora, ante la agresión rusa, debemos hacer historia", se lee en la carta, que incluso hace referencia a la necesidad de lograr una economía de guerra para hacer frente a Moscú.
Aquí, estos son los tonos que ciertas capitales consideran "exagerados".
Pero no es sólo el conflicto de Ucrania lo que destaca en la agenda del primer día de la cumbre: la UE, de hecho, también tiene que ocuparse de Medio Oriente y de la crisis actual en Gaza.
La posición oficial de la Unión Europea es firme en octubre, con la petición de "pausas humanitarias" (plural).
Ahí, en el último proyecto de conclusiones, el Consejo Europeo "pide una pausa humanitaria inmediata que conduzca a un alto el fuego sostenible, la liberación incondicional de todos los rehenes y la prestación de asistencia humanitaria".
Después se verá si el idioma sobrevive a la comparación (la República Checa y Hungría tenían reservas).
En tanto, la premier Giorgia Meloni, durante el encuentro con Guterres, pidió una "pausa inmediata" y destacó cómo la Unión Europea "puede y debe desempeñar" un papel de liderazgo en la resolución de la crisis
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