Esa es la advertencia lanzada por Vladimir Putin en una entrevista en la televisión estatal, que va acompañada de una referencia a la doctrina militar de Moscú, que permite el uso de este tipo de armas solo como respuesta a amenazas a la "existencia" del Estado o a su "soberanía y independencia". Y el añadido de no haber pensado nunca en utilizar armas nucleares tácticas en Ucrania en 2022, contradiciendo las informaciones que circulan en Estados Unidos.
Una tranquilidad que no convence del todo a los vecinos occidentales. Sobre todo desde que Putin anunció que quiere desplegar sus tropas a lo largo de la frontera con Finlandia, que acaba de unirse a la OTAN junto con Suecia.
"Un paso absolutamente inútil para los dos países desde el punto de vista de la protección de sus intereses nacionales", afirmó el jefe del Kremlin, porque "no teníamos tropas allí y ahora estarán, no había sistemas de destrucción y ahora estarán".
El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, respondió subrayando que su país trabajará en el "potenciamiento de la defensa y el reforzamiento de las fronteras", que definió como "pilares fundamentales".
"Aquí nadie tiene miedo de ustedes", se hizo eco el presidente lituano Gitanas Nauseda, al comentar el ataque sufrido en su país por Leonid Volkov, ex mano derecha del opositor ruso Alexei Navalny, fallecido mientras estaba detenido.
Al final de una reunión bilateral el martes por la tarde en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, Nauseda afirmó que debemos "considerar seriamente la idea de enviar tropas a Ucrania".
Una hipótesis ventilada recientemente por el mandatario galo y a la que Putin volvió en su entrevista.
La presencia de contingentes militares de la OTAN en Ucrania "no cambiará la situación en el campo de batalla, como tampoco lo hará el suministro de armas" a Kiev, afirmó el líder del Kremlin.
Luego añadió que cree en las garantías de Washington de que no enviará soldados a luchar, porque el presidente estadounidense, Joe Biden, "es un hombre, un representante de la escuela política tradicional".
Sin embargo, advirtió, "los estados que dicen que no tienen líneas rojas hacia Rusia deben entender que Rusia no tendrá líneas rojas hacia ellos".
Moscú utilizó un tono decididamente más pacífico al dirigirse al Papa Francisco, a quien Putin envió un mensaje de buenos deseos con motivo del undécimo aniversario de su elección al papado.
Al darlo a conocer, la embajada ante la Santa Sede definió al Pontífice como "un verdadero y honesto defensor de la paz", que en una entrevista en la televisión suiza había invitado a Kiev a tener "el coraje de la bandera blanca" para iniciar negociaciones.
El Papa, añadió la oficina diplomática, es "uno de los pocos líderes con una visión estratégica honesta de los problemas mundiales".
El Comité de Representantes Permanentes ante la UE (Coreper), en tanto, dio luz verde al Fondo de Asistencia a Ucrania (UAF) para que proporcione ayuda militar urgente a Kiev.
La medida está valorada en 5.000 millones de euros hasta 2024 y prevé la posibilidad de comprar armas -y obtener reembolsos del fondo- en el mercado internacional si la industria europea no es capaz de procesar rápidamente los pedidos.
Mientras tanto, Moscú anunció que interceptó otros 58 drones ucranianos lanzados sobre su territorio entre la noche del martes y esta mañana, y que dos refinerías de petróleo fueron alcanzadas: una en Riazán, donde el gobernador informó de un incendio y de heridos en algunas personas, y otra en Novoshakhtinsk, región de Rostov del Don, que se vio obligado a suspender la actividad.
Pero el jefe de las fuerzas armadas de Kiev, Oleksandr Syrsky, afirmó que la situación en el campo de batalla era "difícil" y que las fuerzas rusas podrían estar listas para atacar profundamente las líneas ucranianas en la región oriental de Donetsk.
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