Pero la seguridad de la que hace alarde el presidente demócrata se contrasta con el bloqueo de la ayuda estadounidense a Kiev en la Cámara de Representantes, donde los republicanos están levantando un muro encabezado por Donald Trump. Para Biden, las opciones son limitadas, aparte de continuar la presión desenfrenada, tratando de aprovechar a los conservadores moderados que se preocupan por la seguridad nacional y que podrían dar a los demócratas los votos necesarios para obtener luz verde.
El tira y afloja continúa sin cesar. El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, instó, desde Leópolis, al presidente de la cámara, Mike Johnson, a actuar y liberar los fondos necesarios para que Kiev continúe su lucha contra el invasor ruso. "Tiene que hacer lo correcto", dijo Schumer, instando a Johnson a visitar Ucrania para ver la guerra de primera mano.
"Si se reuniera con los generales y con Volodimir Zelensky, es imposible que no estuviera convencido de que necesitan ayuda", añadió. Para los demócratas, la única manera de forzar una votación es mediante una "petición de descarga" -recurso extremo- con la ayuda de algunos republicanos. La maniobra requiere 218 votos, 6 más de los que tienen los liberales, pero esta alternativa también presenta riesgos dado que podría haber deserciones entre los demócratas por no apoyar los fondos para Israel, incluidos en el mismo paquete que los de Kiev.
La batalla por los fondos para Ucrania se complica por la campaña electoral, en la que Trump domina sin oposición y mantiene como rehén al Partido Republicano. El expresidente ha dicho en repetidas ocasiones que Estados Unidos debería dejar de dar ayuda sin la esperanza de ser devuelta o sin condiciones.
En caso de victoria del expresidente en las elecciones de noviembre, y si los republicanos mantienen el control de la Cámara, el futuro de Kiev sería más complicado dada la antipatía del expresidente hacia la OTAN y su escepticismo a la hora de conceder ayuda irrecuperable.
Si Biden conserva la Casa Blanca, si el Senado vuelve a manos republicanas y si, como muchos esperan, los demócratas recuperan la Cámara, entonces Ucrania podría afrontar el futuro con mayor serenidad. De hecho, esta combinación garantizaría nueva ayuda económica y militar a Ucrania, desmantelando también la creencia de Vladimir Putin de que el tiempo está de su lado y fortaleciendo las posibilidades de éxito diplomático.
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