En el expediente de investigación del fiscal, por el que el juez de instrucción rechazó el pedido de sobreseimiento presentado por la Fiscalía de Roma, el juez ordenó incluir a Leonardo De Miranda, el guardia que, junto al policía Rubén Eduardo Dos Santos Ruiz, bloqueo a Ventre cuando intentó entrar a la embajada italiana.
Según lo determinado hasta ahora por los investigadores italianos, fue Santos Ruiz quien provocó que el hombre de 35 años sufriera una grave "asfixia" que le causó un paro cardíaco mortal.
El hombre está acusado de homicidio preterintencional, pero ahora se verificará si también hubo participación activa de De Miranda.
Recientemente, la Fiscalía de Roma había solicitado el archivo de la causa, abierta en Italia, ya que Ruiz nunca estuvo presente en territorio italiano: según el juez, sin embargo, se habían aportado elementos suficientes para identificarlo y activar una rogatoria internacional.
En la orden también se solicita que se obtengan los registros telefónicos utilizados por el personal de la embajada italiana, el sospechoso y De Miranda durante las horas en que ocurrieron los hechos "para comprobar la presencia de otros interlocutores con los sujetos que intervinieron en el caso".
Además, aún quedan por aclarar una serie de incoherencias y puntos oscuros.
Según el juez, habría "discrepancias" entre las reconstrucciones dadas por Ruiz y De Miranda, que confirman la participación activa en la inmovilización del italiano.
Lo informado por el vigilante -el cual había dicho que Ventre había intentado repetidamente quitarle el arma al policía- sería desmentido por las imágenes de las cámaras, la violencia de la conducta y el motivo por el cual el hombre de 35 años había ingresado en la embajada italiana (el joven habría dicho en esos momentos: "vine aquí a pedir ayuda").
Según lo reconstruido por la fiscalía romana, Ventre murió tras ser trasladado al hospital, como también lo documentan los vídeos de las cámaras que filmaron las fases de la "irrupción" en la embajada.
Una muerte provocada por "asfixia mecánica violenta y externa por constricción prolongada del cuello que provocó una hipoxia cerebral que derivó en un grave estado de agitación psicomotora y un paro cardíaco irreversible".
Para las autoridades uruguayas, que excluyeron la responsabilidad del policía, la muerte se debió exclusivamente a una mezcla entre la cocaína que el hombre había consumido en los días anteriores a su muerte y las drogas que le habían administrado los médicos de urgencias.
Mientras tanto, en el extranjero continúan los acontecimientos con ciudadanos italianos que están bajo el foco de atención.
El homólogo húngaro del Garante Nacional de los Derechos de las Personas Privadas de Libertad se hizo cargo oficialmente del caso de Ilaria Salis, la milanesa de 39 años encarcelada en Budapest.
En Rumanía, sin embargo, se aplazó para las próximas horas la audiencia para la decisión sobre la solicitud de arresto domiciliario de Filippo Mosca, el joven de Caltanissetta de 29 años, detenido a principios de mayo del año pasado por tráfico de drogas y encarcelado durante casi nueve meses en la cárcel de Porta Alba, en Costanza.
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