"Un número impresionante de casos en los que las fragilidades evolutivas, el desarrollo tecnológico y la socialización a través de la red han producido malestar y peligro para niños y jóvenes", se lee en el informe de la Policía Postal publicado con motivo del Día de una Internet más segura.
En materia de explotación sexual, se atendieron un total de 2.702 casos, que permitieron denunciar a 1.131 adultos, de los cuales 108 fueron detenidos. Numerosas investigaciones se llevaron a cabo de forma encubierta y los agentes se infiltraron en grupos criminales.
El Centro Nacional de lucha contra la pornografía infantil en línea, mediante un seguimiento constante de la red, visitó el año pasado 28.355 sitios, de los cuales 2.739 estaban en la lista negra y bloqueados por la difusión de contenidos de pornografía infantil. Además, se trataron 353 casos de captación de menores en línea, e incluso este año el grupo de edad de hasta 13 años es el más afectado por la atención maliciosa, con 239 víctimas.
Digna de atención es también la cifra relativa al número de casos que afectan a niños menores de 10 años: numéricamente casi ausente antes de la pandemia, actualmente está presente, aunque todavía en pequeñas cantidades (9% del total).
Un fenómeno definido como "preocupantemente creciente" por la Policía Postal es el de la sextorsión: 137 casos, la mayoría de ellos en el grupo de edad de 14 a 17 años, pero la cifra que implica a menores de entre 10 y 13 años (20) también es alarmante.
Las víctimas, sobre todo varones de entre 15 y 17 años, están conectadas en las redes sociales a través de perfiles de aparentes compañeros, que de manera fraudulenta inducen a los chicos a realizar actos sexuales por webcam, fotografiándose desnudos y luego amenazando con difundir el material a todos sus contactos. .
El ciberbullying fue denunciado en 291 casos, mientras que se presta atención a los espacios web dedicados a la anorexia y la bulimia, en los que se declara, a veces con "orgullo", su condición anoréxica a través de diarios alimentarios, relatos de episodios personales, citas pseudocientíficas para sustentar el estilo de alimentación que parecen expresar una búsqueda de legitimación global a través de Internet.
Otro fenómeno que está surgiendo es el de los 'retos', desafíos que se difunden a través de la viralización de vídeos en los que los jóvenes se desafían a realizar acciones más o menos peligrosas, con el objetivo de ganar popularidad en la red.
Por ejemplo, está el "Black out game", donde los retadores inducen un estado progresivo de asfixia, cercano al desmayo, para experimentar la euforia resultante de la restauración de la respiración normal, filmándose y subiendo los vídeos a circuitos de intercambio de vídeos.
Otros desafíos incluyen la ingestión de pastillas de detergente, el consumo excesivo de alcohol (beber mucho alcohol en poco tiempo hasta perder el control), el nocaut (golpear a un extraño con el puño sin motivo alguno), el desafío del desodorante (rociarse desodorante hasta que se provoca quemaduras).
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