El líder militar de la provincia, Volodymyr Artyukh, lo denunció y explicó que la matanza "cínica y brutal" tuvo lugar en la comunidad de Khotyn, a pocos kilómetros de la frontera con Rusia.
Según la investigación de la Fiscalía General, los rusos mataron a los dos hermanos, un hombre de 54 años y una mujer de 68, disparando contra el vehículo en el que viajaban. Vidas destrozadas sin motivo aparente, en un territorio especialmente atormentado por la invasión.
Tanto es así que el funcionario Artyukh lanzó un nuevo llamamiento "a los habitantes pidiéndoles que evacúen, porque los terroristas rusos siguen matando a la población".
Crece así el número de muertes de civiles a causa de la guerra, a punto de cruzar el umbral del tercer año, al menos 10.000, según la ONU. Y no solo en la provincia de Sumy: en Beryslav, en la región meridional de Jersón, los explosivos lanzados por un dron mataron a una persona, según informó el gobernador.
Dos civiles más perdieron la vida por la artillería rusa en Donetsk, donde en las últimas horas fueron sacados de entre los escombros los cuerpos de cinco personas que murieron en un ataque ruso en la localidad de Niu York hace dos semanas.
Lo que es claro -según los ucranianos- es que el ejército ruso intensificó las acciones ofensivas en los frentes sur y este de Ucrania.
Y según la inteligencia británica, la prioridad de las tropas rusas sigue siendo Avdiivka, en Donetsk, ciudad atacada por los invasores desde hace meses.
Según el análisis de Gran Bretaña, "las fuerzas del Kremlin están organizando un ataque en tres frentes para rodear la ciudad desde el sur y el norte, luchando también en las afueras".
Sin embargo, los contraataques ucranianos están impidiendo la caída del asentamiento, y las fuerzas rusas sufren grandes pérdidas de personal y vehículos blindados, a menudo causadas por drones ucranianos.
Pérdidas tales que -según Kiev- al norte de la ciudad habría "una superficie del tamaño de un campo de fútbol donde se encuentran más de 100 cadáveres de soldados rusos que nunca volverán con sus familias". Mientras la guerra continúa en el frente y la diplomacia no encuentra el impulso necesario para una solución negociada, sigue siendo fundamental que el gobierno ucraniano consiga la ayuda occidental, prometida pero aún no materializada.
Según dijeron funcionarios estadounidenses al Washington Post, la administración del presidente Joe Biden está trabajando en una estrategia a largo plazo que apoye a Ucrania, a pesar del estancamiento en el Congreso sobre la financiación de Kiev.
Pero estos planes no incluyen la reconquista de los territorios ocupados por Rusia.
Una estrategia -nacida del fracaso de la contraofensiva ucraniana- que, de confirmarse, será difícil de digerir para el gobierno ucraniano de Volodymyr Zelensky, que sigue invocando el regreso a las fronteras de 1991 como una opción indispensable.
Los informes de prensa sugieren más bien que el pragmatismo se está infiltrando en la estrategia occidental sobre el futuro de la guerra. Porque la amenaza rusa crece. Hasta tal punto que, según se informó, Estados Unidos planea emplazar sus armas nucleares en el Reino Unido por primera vez en 15 años, escribió The Guardian citando documentos del Pentágono a los que tuvo acceso el Telegraph.
Mientras tanto, en los últimos días comenzó el Steadfast Defender, el mayor ejercicio de la OTAN en las últimas décadas que durará hasta el 31 de mayo y que involucrará también a Europa del Este, a las puertas de Rusia.
Y la Alianza está lista a fortalecerse expandiéndose a Suecia: después del visto bueno de Turquía, que dio luz verde al gobierno estadounidense para la venta de cazas F-16 a Ankara, solo se espera la aprobación de Hungría, y también una observación especia para desbloquear la ayuda europea destinada a Kiev, a pocos días del Consejo Europeo extraordinario que deberá encontrar una solución precisamente sobre este punto.
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