"Se ha caído la máscara, la Federación Rusa ha atacado por primera vez el territorio de Ucrania con misiles recibidos de Corea del Norte", denunció Mykhailo Podolyak, asesor del presidente Volodimir Zelensky. "Nunca antes en la historia el clásico 'Eje del Mal' había aparecido tan descaradamente y grotescamente malvado: Rusia, Irán, Corea del Norte", instó.
Sobre el terreno, mientras Moscú confirmaba que había impedido hace días una inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a tres reactores de la central nuclear ucraniana de Zaporiyiaa, ocupada desde marzo de 2022, por "razones de seguridad", los ucranianos han vuelto a apuntar a la región rusa de Belgorod, obligando a las autoridades a ordenar la evacuación de la población, y de Crimea, ya afectada en los últimos días.
"Todos aquellos que quieran ir a zonas seguras y lejos de los ataques recibirán ayuda. Estamos listos para transportarlos a Stary Oskol y Gubkin (los lugares más alejados de la frontera), donde se encontrarán en condiciones cómodas, en habitaciones cálidas y seguras", subrayó el gobernador Viacheslav Gladkov, dirigiéndose a los más de 300.000 habitantes de Belgorod e invitándolos a evacuar.
En las últimas 24 horas, los antiaéreos rusos derribaron diez drones, pero el ataque coordinado de artillería impactó en varios edificios, provocando al menos dos heridos. Luego, informan los medios de Kiev citando fuentes de inteligencia, los partidarios rusos anti-Putin también entraron en acción en la zona. El objetivo era una reunión de comandantes rusos a unos 80 kilómetros de la ciudad. Los partisanos "minaron la única carretera de la zona y atacaron a un pelotón de soldados", pero el número de bajas "aún se está determinando".
En Crimea, sin embargo, el ataque de decenas de drones obligó a un nuevo cierre del puente de Kerch, que conecta la península con Rusia. Moscú dice que derribó 36 drones y destruyó un misil anti-buque. Y es nuevamente Rusia la que confirma el aumento de los ataques aéreos por parte del lado ucraniano: solo en la última semana, 253 aviones fueron derribados, anunció el Departamento de Defensa de Moscú.
El uso masivo de drones en la guerra, que marca un punto de inflexión trascendental en el sector militar, está empujando a Kiev a aumentar la producción, y Zelensky aspira a alcanzar un millón en este año. Por este motivo, Ucrania firmó un acuerdo con Lituania, confirmaron los ministros de Defensa de ambos países sin dar más detalles. Desde Alemania han llegado Patriot, antiaéreos móviles y tanques que entrarán en acción en los próximos días.
Rusia no se queda de brazos cruzados y, siguiendo su estrategia de ataques múltiples (aviones, misiles, drones), ha duplicado con creces la producción de cruceros y portaaviones balísticos, hasta situarse en torno a los 100 al mes. Y también empezó a producir su propia versión del shah iraní, a bajo precio.
El único rayo de esperanza todavía proviene de Ankara: el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo en una conversación con Zelensky que Turquia está lista para albergar conversaciones entre Moscú y Kiev con el objetivo de garantizar la paz en Ucrania. El objetivo prioritario de la mediación es el alto el fuego.
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