Lo escribió The Economist en una entrevista con el líder ucraniano, de la que se desprende, según el semanario, que Zelensky está "irritado: no por los éxitos del enemigo (no ve ninguno) ni por la falta de progreso de su ejército en el campo de batalla".
En cambio, está "exasperado por las vacilaciones de algunos aliados y el distanciamiento de algunos de sus compatriotas".
El aislamiento de Crimea y el debilitamiento del potencial militar de Rusia en esa zona "es extremadamente importante para nosotros, porque es una forma de reducir el número de ataques desde esta región", afirmó Zelensky en la entrevista recogida por los medios ucranianos.
Una operación exitosa daría un "ejemplo para el mundo" y tendría un gran efecto incluso dentro de Rusia: la pérdida de un elemento central de la propaganda del Kremlin demostraría que "miles de oficiales rusos murieron solo a causa de las ambiciones de Putin", añadió.
Pero la velocidad de cualquier éxito dependerá de la asistencia militar que Ucrania recibirá de sus socios occidentales, insistió Zelensky, pidiendo que se le suministre a Ucrania Taurus, misiles de crucero de largo alcance de fabricación alemana que podrían permitir a Kiev destruir el puente de Kerch, aislando de hecho la península de Crimea de Rusia, explicó The Economist.
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