(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 09 NOV - Entre febrero y noviembre,
Río de Janeiro acogerá una veintena de reuniones del G20, una
cada quince días. Un gran desafío para la ciudad, que se prepara
para ser el escaparate más importante de la presidencia
brasileña del foro multilateral, que comienza en diciembre.
Una metrópoli que, aunque marcada por problemas de
seguridad, ha tenido éxito en los grandes eventos que acogió en
los últimos años, como el viaje apostólico del Papa Francisco en
2013, el Mundial de Fútbol en 2014, los Juegos Olímpicos en 2016
y numerosas ferias y festivales internacionales.
"Río de Janeiro es un estado único, rico en belleza y
características propias, y para bien o para mal lo que aquí
sucede tiene resonancia planetaria. Estamos en la lucha contra
el crimen organizado, pero hemos planificado cuidadosamente la
seguridad y estamos preparados para acoger reuniones de la
envergadura del G20, reforzando la vocación de Río de ser sede
de Brasil", dice a ANSA el gobernador Claudio Castro, que
promete un G20 bajo la bandera de la sostenibilidad. (ANSA).
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