(ANSA) - WASHINGTON, 07 NOV - La guerra de Moscú contra
Ucrania asestó también el golpe mortal al tratado que había
sellado el fin de la Guerra Fría, el último aún vigente para el
control de armamentos: el CFE, firmado en 1990 para reducir y
equilibrar las fuerzas armadas convencionales en Europa.
El día en que Moscú se retiró formalmente del tratado,
convirtiéndolo "por fin en parte de la historia de Rusia",
Estados Unidos y los países de la OTAN condenaron la medida del
Kremlin y respondieron suspendiendo su participación "mientras
sea necesario".
Si se considera a suspensión por parte de Vladimir Putin en
febrero del New Start con Estados Unidos sobre la limitación de
las ojivas atómicas, se entiende cómo el conflicto en curso
sobre Ucrania está poniendo fin a todos los acuerdos que
dictaban el equilibrio estratégico desde los tiempos de la
Guerra Fría, reflejando la ruptura de un orden mundial que lucha
por recomponerse mediante la búsqueda de nuevas reglas comunes.
La única esperanza proviene de la reciente decisión de la
administración de Joe Biden de reiniciar el diálogo sobre
desarme nuclear tanto con Pekín como con Moscú.
Estados Unidos, accionista mayoritario de la OTAN, explicó
que "sería inaceptable" que ellos y sus países aliados siguieran
vinculados por el tratado abandonado por Rusia, que tiene "las
mayores fuerzas armadas de Europa y que continúa librando
activamente una guerra de agresión contra Ucrania utilizando las
mismas fuerzas que el tratado busca limitar".
"La suspensión de las obligaciones de la CFE fortalecerá
la capacidad de disuasión y defensa de la alianza al eliminar
las restricciones que afectan la planificación, los despliegues
y los ejercicios", dijo el asesor de Seguridad Nacional de
Estados Unidos, Jake Sullivan.
En la práctica, Estados Unidos y los países de la OTAN
tendrán mayor flexibilidad a la hora de desplegar fuerzas en los
flancos norte y sur de la OTAN, incluidas Rumania y Bulgaria,
cerca de Ucrania. Y ya no se verán obligados a compartir
información sobre el despliegue de sus armas con naciones
vecinas a Rusia.
"La retirada de Moscú del tratado es insostenible y
requiere una respuesta firme de la Alianza", explicó un
funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos. "No
tomar ninguna medida habría enviado un mensaje equivocado",
añadió.
El CFE, firmado en noviembre de 1990, impuso por primera vez
límites legales y verificables a las armas convencionales de los
30 países adheridos al pacto, lo que provocó, según la OTAN, la
destrucción de aproximadamente 100.000 equipos militares,
incluidos tanques, vehículos blindados, artillería, aviones de
combate y helicópteros de ataque (pero excluidos los aviones
navales).
El colapso de la Unión Soviética en 1991 llevó a una
revisión del CFE al año siguiente. En 2007, Putin decretó la
suspensión del tratado después de solicitar sin éxito una
reformulación, alegando que el impulso estadounidense para la
ampliación de la OTAN había llevado a los países de la Alianza a
"eludir abiertamente" las restricciones del acuerdo.
Luego, la admisión de Finlandia y Suecia en el Pacto
Atlántico, en el contexto de la guerra en Ucrania, dio el golpe
final a este hito que había marcado el fin de la antigua Guerra
Fría. (ANSA).
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