El día en que Moscú se retiró formalmente del tratado, convirtiéndolo "por fin en parte de la historia de Rusia", Estados Unidos y los países de la OTAN condenaron la medida del Kremlin y respondieron suspendiendo su participación "mientras sea necesario".
Si se considera a suspensión por parte de Vladimir Putin en febrero del New Start con Estados Unidos sobre la limitación de las ojivas atómicas, se entiende cómo el conflicto en curso sobre Ucrania está poniendo fin a todos los acuerdos que dictaban el equilibrio estratégico desde los tiempos de la Guerra Fría, reflejando la ruptura de un orden mundial que lucha por recomponerse mediante la búsqueda de nuevas reglas comunes.
La única esperanza proviene de la reciente decisión de la administración de Joe Biden de reiniciar el diálogo sobre desarme nuclear tanto con Pekín como con Moscú.
Estados Unidos, accionista mayoritario de la OTAN, explicó que "sería inaceptable" que ellos y sus países aliados siguieran vinculados por el tratado abandonado por Rusia, que tiene "las mayores fuerzas armadas de Europa y que continúa librando activamente una guerra de agresión contra Ucrania utilizando las mismas fuerzas que el tratado busca limitar".
"La suspensión de las obligaciones de la CFE fortalecerá la capacidad de disuasión y defensa de la alianza al eliminar las restricciones que afectan la planificación, los despliegues y los ejercicios", dijo el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.
En la práctica, Estados Unidos y los países de la OTAN tendrán mayor flexibilidad a la hora de desplegar fuerzas en los flancos norte y sur de la OTAN, incluidas Rumania y Bulgaria, cerca de Ucrania. Y ya no se verán obligados a compartir información sobre el despliegue de sus armas con naciones vecinas a Rusia.
"La retirada de Moscú del tratado es insostenible y requiere una respuesta firme de la Alianza", explicó un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos. "No tomar ninguna medida habría enviado un mensaje equivocado", añadió.
El CFE, firmado en noviembre de 1990, impuso por primera vez límites legales y verificables a las armas convencionales de los 30 países adheridos al pacto, lo que provocó, según la OTAN, la destrucción de aproximadamente 100.000 equipos militares, incluidos tanques, vehículos blindados, artillería, aviones de combate y helicópteros de ataque (pero excluidos los aviones navales).
El colapso de la Unión Soviética en 1991 llevó a una revisión del CFE al año siguiente. En 2007, Putin decretó la suspensión del tratado después de solicitar sin éxito una reformulación, alegando que el impulso estadounidense para la ampliación de la OTAN había llevado a los países de la Alianza a "eludir abiertamente" las restricciones del acuerdo.
Luego, la admisión de Finlandia y Suecia en el Pacto Atlántico, en el contexto de la guerra en Ucrania, dio el golpe final a este hito que había marcado el fin de la antigua Guerra Fría.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA