Diversas fuentes afirman que el bautismo de fuego ocurrió la pasada noche cuando las tropas de Kiev atacaron dos aeropuertos controlados por los rusos lejos de la línea del frente.
El balance ofrecido por los ucranianos es de al menos nueve helicópteros destruidos y "decenas de muertos o heridos" entre los soldados de Moscú.
Por meses la administración del presidente estadounidense Joe Biden resistió los pedidos del gobierno ucraniano en lo referente a la provisión de los Atacms, capaces de transportar bombas de racimo a una distancia de hasta 300 kilómetros.
El temor del mandatario estadounidense era que su empleo podría llevar a una escalada incontrolable del conflicto, especialmente si los cohetes fueran utilizados para agredir territorio ruso.
Pero, evidentemente, luego de la visita del mes pasado de Zelensky a Washington, la Casa Blanca cambió su posición quizás a causa de los limitados progresos de la tan esperada contraofensiva ucraniana y para desalentar una posible nueva ofensiva rusa.
Los ataques tuvieron lugar contra bases aéreas militares cerca de la ciudad de Berdyansk, ocupada por los rusos, sobre la costa del Mar de Azov, y en la autoproclamada República de Lugansk, en el este de Ucrania.
Las fuerzas de Kiev afirmaron el haber destruido nueve helicópteros enemigos, un depósito de municiones, varios pertrechos y haber dañado las pistas de las dos escalas en la operación denominada "Dragonfly".
Vladimir Rogov, miembro de la autoridad regional prorrusa de Zaporiyia, que comprende Berdyansk, contó en su canal de Telegram que fragmentos de bombas de racimo M74 transportadas por los Atacms fueron halladas en el lugar del bombardeo.
La agencia ucraniana Unian publicó fotos que, según lo expresado por quien las difundió, muestran parte de un misil Atacms hallado en el lugar, una variante MGM-140A fabricado en 1996 con una trayectoria de hasta 165 kilómetros.
"Gracias a todos aquellos que nos ayudan, y hoy un agradecimiento especial a Estados Unidos", precisó Zelensky.
"Nuestros acuerdos con el presidente Biden fueron tomados en consideración, los Atacms dan prueba de ello", agregó el mandatario ucraniano.
Rusia se apresta, entre tanto, a revocar su propia ratificación del tratado que prohíbe los ensayos nucleares (CTBT). Una ley en este sentido fue aprobada hoy por unanimidad en su primera lectura por la Duma, la Cámara baja del Parlamento.
Un gesto, en realidad, es solo simbólico, visto que tal pacto, adoptado por la ONU en 1996, jamás entró en vigor porque ni Estados Unidos ni China lo ratificaron y otras potencias nucleares como India, Pakistán y Corea del Norte tampoco lo hicieron.
Moscú asegura que continuará respetando la suspensión de los test de nuevas armas atómicas, como lo hace desde 1990 antes por la URSS y luego por Rusia y desde 1992 por Estados Unidos.
La reanudación de los test atómicos -subrayó recientemente el viceministro ruso de Exteriores, Serguei Ryabkov, es posible solo como respuesta a eventuales ensayos realizados por Estados Unidos.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA