(ANSA) - PARIS, 13 OTT - Tres años después de la decapitación
del profesor Samuel Paty, vuelve el terror a las escuelas de
Francia: un joven checheno asesinó, apuñalándolo en la garganta,
a un docente de francés en Arras, ciudad del norte del país.
Gritó "Alá Akbar" (Dios es grande) e hirió a un trabajador
del comedor escolar y a un profesor de gimnasia, en forma grave,
pero fuera de peligro. El agresor había asistido a esa escuela,
estaba radicalizado y registrado como tal, bajo vigilancia y con
su teléfono monitoreado. Empero, logró sortear la estrecha red
de controles y logró empujar a Francia de nuevo a una espiral
terrorista.
El jueves fueron los grandes despachos de abogados
anglosajones, recogidos por grupos franceses, los que
difundieron la noticia de una alerta de atentados inminentes en
París y, en general, en Francia.
Muchos empleados fueron invitados a quedarse en sus casas
trabajando en forma remota. Pero la amenaza se materializó en el
norte, en Arras, en la escuela secundaria y liceo "Gambetta",
con el veinteañero Mohammed Mogouchkov, que se presentó en la
escuela, vistiendo una camiseta gris y con dos cuchillos de
mano. Eran las 11 hora local y él aprovechó el fin de las clases
y la apertura de las puertas para permitir a los jóvenes ir a
comer.
En el video se lo observa intentando ingresar, frenado por
el profesor de francés de la escuela media, Dominique Bernard,
de 57 años. Protegió a sus estudiantes pues se colocó frente al
terrorista que repetidamente lo apuñaló en la garganta.
Herido por el cuchillo en la arteria carótida, murió ante
los ojos de sus alumnos mientras Megouchkov gritaba "Alá
Akbar". Luego, el checheno entró en el patio y atacó a algunas
personas, en particular a un trabajador de una cantina, que se
defendió con una silla, pero también fue apuñalado. Según
testigos, buscaba desesperadamente al "profesor de historia".
Junto a una profesora de
gimnasia resultaron gravemente heridos pero se encuentran fuera
de peligro.
El profesor Bernard, casado con una profesora de inglés,
tenía tres hijas, todas estudiantes, y vivía en una granja
reformada.
El asesino fue bloqueado y arrestado 4 minutos más tarde por
la policía, que utilizó una pistola eléctrica Taser. La
excitación se extendió desde Arras a todo el país y fue enorme.
A atacar, una vez más, una persona conocida por su
radicalización, por lo que ayer incluso fue registrado y
detenido para controles. En el colegio había dado muestras de su
agresividad, su hostilidad hacia el medio ambiente y sus
compañeros. Entre sus cinco hermanos, uno fue detenido pocos
minutos después que él, mientras deambulaba delante de otra
escuela. El mayor, Mosvar, está en prisión, condenado por haber
participado en un atentado planificado contra el Palacio del
Eliseo y por repetidos mensajes en Internet apoyando al Estado
Islámico (ISIS, en inglés) y apología del terrorismo. El padre,
también radicalizado y acusado de violencia conyugal, fue
expulsado a Rusia, desde donde la familia había llegado a
Francia en 2005.
La polémica ya afecta al gobierno y a los predecesores del
ministro del Interior, Gérald Darmanin, por no haber expulsado a
toda la familia, la mayoría de los cuales estaban radicalizados.
Los expertos explican que la ley prohíbe la expulsión de
cualquier persona que haya entrado en Francia antes de los 13
años. Asimismo, la extrema derecha de Marine Le Pen pide la
dimisión del ministro del Interior.
Macron, Darmanin y el ministro de Educación, Gabriel Attal,
se apresuraron a viajar a Arras. El presidente, visiblemente
conmovido, habló de "Francia golpeada una vez más por la
barbarie del terrorismo islámico". Y confirmó que, en las
afueras de París, en Limay, "otro atentado fue frustrado": un
hombre de 24 años, armado con un cuchillo, que acababa de salir
de una sala de oración, estaba a punto de entrar en la escuela
'Condorcet'. Bajo vigilancia al estar también él registrado como
S (radicalizado), fue finalmente detenido.
Francia está en shock: una cumbre sobre crisis de seguridad
celebrada en el Elíseo elevó la alerta acerca de un ataque.
Incluso si no hubiera objetivos judíos en el blanco del
terrorismo actual, el vínculo con la guerra entre Israel y Hamás
parece claro.
En varias ocasiones, desde Macron hasta ministros del
gobierno, en los últimos días se efectuó un llamamiento a "no
importar el conflicto a Francia". Pero la tensión, que aumentó
todavía después de la prohibición impuesta por Darmanin a
cualquier manifestación de apoyo de los palestinos, parece
destinada a estallar. (ANSA).
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