Los representantes del Parlamento Europeo, del Consejo y de la Comisión se reunieron a las 19.00 (hora local) y no será la última reunión, afirman varias fuentes cercanas al asunto. Pero es aquel en el que se aborda la parte más controvertida del reglamento, con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo de un lado, y los estados de la UE del otro.
Aunque la Cámara Europea se fija objetivos más ambiciosos y plazos más ajustados que el ejecutivo de la UE, las dos instituciones proponen la misma receta para los edificios existentes: redefinir las clases de consumo energético de G a A (artículo 9) y establecer etapas para aumentar los estándares mínimos de eficiencia a lo largo de los años, empezando por las casas pertenecientes a las clases más bajas.
"Tiene sentido" empezar por los edificios "que desperdician más energía", reiteró pocas horas antes del inicio de las negociaciones el ponente del Parlamento Europeo, el irlandés Ciaran Cuffe (Verdes). "Porque - explicó - es el enfoque que puede proporcionar los mayores ahorros, por ejemplo, facturas más bajas para las familias y una mayor reducción de nuestras emisiones y de la dependencia de Europa del gas ruso".
Sin embargo, el enfoque del Consejo de la UE es muy diferente y pretende dejar a los países individuales un mayor margen de maniobra, especialmente en lo que respecta a la clasificación energética.
Dispone que, para los edificios residenciales existentes, los Estados miembros establecerán normas mínimas de eficiencia energética basadas en una "trayectoria nacional" calculada sobre el consumo medio de energía en todo el parque de edificios residenciales en el período comprendido entre 2025 y 2050.
"Reconocemos que el parque inmobiliario de cada Estado miembro es único - subrayó Cuffe - y estamos explorando formas de dar a los Estados miembros una mayor flexibilidad a la hora de elegir los edificios con peores resultados".
La directiva para la eficiencia energética de los edificios es, junto con el paquete del gas, la última pieza importante de la segunda parte del plan FitFor55, presentado a fines de 2021.
Para la Comisión de la UE, aclaró la Comisaria de Energía, Kadri Simson, en las últimas semanas, un acuerdo sobre viviendas ecológicas debe alcanzarse "lo antes posible".
Porque por ahí pasan las próximas propuestas del ejecutivo de la UE para reducir las emisiones procedentes de la calefacción doméstica. Como el plan de acción para fomentar el uso de bombas de calor. Y la propuesta de indicar una fecha definitiva para la venta de calderas autónomas de gas, actualmente pendiente, también podría recibir un nuevo impulso.
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