El líder de Kiev asistió al Grupo de Contacto para Ucrania, donde reiteró sus prioridades militares: más ayuda, especialmente más sistemas de defensa aérea ante la llegada del invierno. "Daremos lo que sea necesario, la batalla de Ucrania es la nuestra", aseguró Jens Stoltenberg.
Sistemas de defensa antiaérea, misiles y municiones: las exigencias de Kiev fueron específicas, porque el inverno está cerca y Rusia fue la alarma general que surgió en la OTAN, donde aseguran que "está dispuesta a utilizarlo nuevamente como arma, atacando las infraestructuras energéticas de Ucrania".
El fantasma de un conflicto prolongado en Medio Oriente no podía ser más que una piedra en el zapato para los dos días de cumbres organizadas en la OTAN. En primer lugar, la reunión del Grupo de Contacto, después del Consejo OTAN-Ucrania y, por último la reunión de los ministros de la Defensa de la Alianza, prevista para mañana.
El propio Zelensky pidió a los dirigentes del mundo que "no dejen sola a la población israelí. Somos conscientes de lo que significa. Recuerdo los primeros días de nuestra guerra a gran escala, que comenzó con ataques terroristas desde Bielorrusia", subrayó el líder ucraniano, según el cual Moscú "todavía tiene recursos para entrometerse en la guerra de Medio Oriente".
A continuación, Zelensky habló del núcleo de su misión: volver a catalizar la atención sobre la invasión rusa. "La guerra esta en su fase final, la más dura. Debemos aumentar la presión militar sobre Moscú sin darle descanso", resaltó el presidente, retomando un concepto que ya había puesto sobre la mesa en la cumbre de la Comunidad Política Europea de Granada. "Le hemos demostrado a Zelensky que los aliados continuamos apoyándolo, no sólo con palabras sino con hechos", declaró Stoltenberg al término de la jornada.
Dinamarca y Bélgica anunciaron la próxima entrega de F16.
Alemania acaba de aprobar un paquete de ayuda de mil millones de euros. Canadá y Gran Bretaña también se movilizaron, aunque con cifras menores. En Bruselas, el Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin III, anunció un nuevo paquete de 200 millones de dólares, que incluye el envío de misiles Aim-9 de corto alcance, municiones para los Himars y los antitanques Tow.
"Ayudar a Israel y Kiev? Definitivamente podemos hacer ambas cosas y las haremos. Somos la nación más fuerte del mundo y haremos lo que sea necesario", sentenció Austin, que se mostró seguro sobre la continuidad del apoyo bipartidista del Congreso a Ucrania. "La democracia tiene sus tiempos, entre los estadounidenses el consenso es amplio", señaló el secretario.
En Bruselas, las buenas noticias para Zelensky no vinieron únicamente de la OTAN. El Primer Ministro Alexander De Croo, que se reunió con él poco después, le garantizó que los diamantes rusos serían eliminados del mercado de Bélgica, el cual desempeña un rol clave en el comercio de piedras preciosas.
"Esos son diamantes de sangre", resumió De Croo.
La atención de la OTAN continúa siendo elevada porque posibles accidentes están a la vuelta de la esquina. El sabotaje del gasoducto que conecta Finlandia y Estonia está siendo investigado minuciosamente. La tubería submarina estará fuera de servicio durante 5 meses. "Es alarmante lo que sucedió", fue el comentario del Kremlin. Pero la mano rusa, según los aliados, no está descartada en absoluto. "Si fue un acto deliberado el que lo dejó fuera de servicio, nuestra respuesta será fuerte y determinante", advirtió Stoltenberg.
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