(ANSA) - TEL AVIV, 10 OTT - En el cuarto día de la guerra,
Israel recuperó la unidad política y se prepara para la
"ofensiva completa" en Gaza, mientras desde la Franja se lanzaba
una avalancha de cohetes.
En ese contexto, también Israel azotaba el enclave palestino
con continuos ataques.
Pero Hamás ya no parece ser el único enemigo al cual
combatir, porque la tensión en la frontera norte crece a medida
que la organización libanesa Hezbolá persiste con sus continuos
lanzamientos de cohetes.
No por casualidad Estados Unidos decidió desplegar un
segundo portaaviones cerca de Israel, además del buque insignia
Gerald R. Ford, que ya está estacionado en aguas cercanas.
La guerra está obligando a Israel a unirse, especialmente
teniendo en cuenta los más de 1.200 muertos y 2.806 heridos
sufridos en el ataque del pasado sábado.
Por este motivo, los partidos de la mayoría gubernamental
votaron a favor de conceder al primer ministro, Benjamin
Netanyahu, el mandato de formar un gobierno de emergencia
nacional incorporando a la oposición de Benny Gantz al
ejecutivo, y también al gabinete de seguridad estratégico.
La formalización del punto de inflexión (el primer ministro
se reunirá con Gantz en un futuro próximo) se espera en unas
horas, ya que incluso el ministro rebelde de ultraderecha,
Itamar Ben Gvir, aceptó la decisión.
Sobre el terreno, en cambio, la situación empeoraba
claramente, con la multiplicación de los ataques aéreos contra
la Franja y el aumento de los cohetes lanzados desde Gaza que,
poco a poco, vuelven a impactar en el centro de Israel, donde
hoy sonaban las sirenas de alerta en Tel Aviv.
El área de la ciudad también incluye el aeropuerto
internacional Ben Gurión, que siempre fue un objetivo de Hamás.
La ciudad costera de Ashkelon, tras un ultimátum lanzado por
milicianos yihadistas, también fue blanco de un ataque masivo
con cohetes. Uno de ellos impactó en el Hotel Regina.
El agravamiento del conflicto -en Gaza las víctimas según
los últimos datos son 830, mientras que hay 4.250 heridos y más
de 180.000 desplazados- causa mucha preocupación entre los
organismos internacionales.
El asedio total de Gaza está "prohibido" por el derecho
internacional humanitario, recordó la ONU a Israel desde
Ginebra, y advirtió que "la escala y la velocidad de lo que está
sucediendo en los territorios palestinos ocupados y en Israel
son espantosas".
"Mi mensaje a todas las partes -afirmó el jefe de Asuntos
Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths- es inequívoco: hay que
respetar las leyes de la guerra".
"Los cautivos deben ser tratados humanamente, los rehenes
deben ser liberados sin demora, los civiles y la infraestructura
civil deben ser protegidos, y la ayuda humanitaria, los
servicios y los suministros vitales a Gaza no deben bloquearse",
añadió.
La cuestión de los rehenes -unos 200 en poder de las
milicias palestinas- sigue obviamente siendo una preocupación
para Israel.
El jefe político de Hamas, Ismail Hanyeh, advirtió que "no
habrá discusiones sobre prisioneros y rehenes en manos de las
fuerzas de resistencia" hasta el final de la campaña militar.
Y lo que hace aún más incandescente la reacción del Estado
judío son las noticias procedentes del kibutz de Kfar Aza -uno
de los asaltados por Hamás- donde cientos de personas fueron
masacradas, "incluidos 40 niños y bebés", algunos de ellos
"decapitados", como dijo un soldado a la televisión israelí I24.
Una noticia no respaldada hasta ahora por el ejército, que
confirmó el asesinato de "bebés y niños" sin precisar el número
ni hablar de decapitaciones.
La agresión sufrida por Israel en los últimos días deriva
inequívocamente en una operación terrestre en la Franja.
Según algunos expertos militares, podría ocurrir desde dos
puntos: el norte y el sur, para luego converger hacia la ciudad
de Gaza.
"He relajado todas las restricciones, tenemos el control de
la zona y - anunció el ministro de Defensa, Yoav Gallant, a las
tropas en la frontera de Gaza - avanzamos hacia una ofensiva
total".
Gallant confirmó luego que el ejército recuperó el control
de la frontera, principal objetivo para la entrada en la Franja.
La hipótesis se vio reforzada por la intensidad de los
ataques aéreos, no sólo contra las infraestructuras sino
también, como afirmó el portavoz militar, contra los cuadros de
mando de Hamás y de la Jihad.
El ministro de Economía de Hamás, Joad Abu Shmalah, y
Zakaria Mamr, miembro del buró político, murieron en dos redadas
selectivas.
La población de Gaza ya no sabe dónde refugiarse y el único
cruce de salida posible, el de Rafah con Egipto, fue cerrado
tras una incursión israelí denunciada por El Cairo.
La noche del lunes, Rimal, un barrio de Gaza, y Khan Younis,
en el sur de la Franja, se vieron especialmente afectados en más
de 260 ataques, en los que se alcanzaron 250 objetivos.
El Ministerio de Vivienda de Gaza informó, en lo que parece
ser una estimación conservadora, que 790 viviendas fueron
destruidas, mientras que 5.330 sufrieron daños graves. (ANSA).
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