(ANSA) - MOSCU, 06 OTT - Vladimir Putin liquidó la muerte de
Yevgeny Prigozhin, quien supo ser el amigo de toda su vida y
luego se convirtió en el traidor número uno, que acabó en el
polvo en circunstancias miserables, debido a su propia debilidad
y no a una conspiración contra su persona. En este retrato
despectivo a bordo de su jet, que se estrelló misteriosamente
cerca de Moscú, había supuestamente cantidades suficientes de
cocaína y alcohol para hacer perder la cabeza a los pasajeros y
provocar un accidente, pero no un atentado.
Actualmente, mes y medio después, el presidente ruso ha
vuelto a expresarse sobre un asunto que parecía archivado.
Durante una reunión del Club Internacional de Debate Valdai,
Putin estigmatizó el comportamiento de los médicos forenses que
no realizaron las pruebas de alcohol y drogas a los cadáveres de
Prigohzin y los comandantes fallecidos en el accidente de avión.
Una crítica que parecía evocar la imagen del grupo de
milicianos a bordo en estado de escasa o nula lucidez, lo que
supuestamente provocó la catástrofe aérea.
"Todos sabemos que después de aquellos sucesos el servicio
federal de seguridad encontró cinco kilos de cocaína en la
oficina de la compañía en San Petersburgo, junto con diez
millones de rublos", dijo Putin refiriéndose a la oficina
central de Prigozhin. A continuación agregó que, a la luz de las
circunstancias, "debería haberse llevado a cabo una prueba de
este tipo".
El presidente ruso se valió de este argumento para negar
haber mandado a derribar el avión de su antiguo amigo,
reviviendo en su lugar la teoría sobre el accidente basada en
dos elementos: "No hubo impacto externo" en el avión y en los
cuerpos de los mercenarios "se encontraron fragmentos de
granadas de mano". De esta forma, sugiere que tal vez las
manipulaban, quizás jugaban con ellas, bajo el efecto de quién
sabe qué sustancias, y las detonaron sobre sí mismos, derribando
al avión.
En Washington, la versión de Putin sobre la muerte de
Prigozhin se considera "extraña". Este es el término que utilizó
el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos
estadounidense que sigue de cerca el conflicto en Ucrania, según
el cual el objetivo del Kremlin es "desviar la atención de sus
responsabilidades y deshonrar aún más al oligarca entre sus
partidarios restantes".
En un momento en que la milicia Wagner, dirigida ahora por
el veterano del ejército Andreij Troshev, ha perdido su
autonomía y ha pasado a estar bajo el control directo del
Ministerio de Defensa ruso. El último 23 de agosto se produjo la
dramática salida del controvertido líder de Wagner, que se
atrevió a desafiar la autoridad del Kremlin marchando hacia la
capital, a la cabeza de sus pretorianos, en un aparente intento
de motín.
Esta "damnatio memoriae" de Prigozhin también puede
enmarcarse en el discurso general que Putin pronunció en el Club
Valdai, en que evocó la "construcción de un nuevo mundo" que se
oponga a la visión "arrogante y hegemónica" de Occidente. En
este contexto de duro enfrentamiento, principalmente con Estados
Unidos, la Duma ha anunciado que debatirá la revocación de la
ratificación por parte del Tratado de Prohibición Completa de
los Ensayos Nucleares (CTBT): "Una respuesta recíproca a Estados
Unidos, que aún no ha ratificado el tratado", explicó el
presidente del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin. (ANSA).
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