(ANSA) - ROMA, 04 OTT - La periodista rusa Marina
Ovsyannikova fue condenada hoy a ocho años y seis meses de
prisión por un tribunal tras su pedido de detener la guerra de
Rusia contra Ucrania durante una transmisión en directo por
televisión.
No había pasado ni un mes desde la invasión de Ucrania
cuando, el 15 de marzo de 2022, Ovsyannikova irrumpió en directo
en la televisión estatal mostrando un cartel escrito a mano que
decía "No a la guerra. Detengan la guerra. No crean en la
propaganda, aquí les dicen mentiras".
Ahora, un año y medio después, un tribunal ruso la condenó a
ocho años y seis meses de prisión para descontar en una colonia
penal. El fiscal había solicitado 9 años y medio.
La sentencia no hace referencia formal a esas frases, sino a
las protestas que la periodista llevó a cabo en los meses
siguientes.
El veredicto fue leído en su ausencia, ya que el juicio se
celebró en rebeldía desde que Ovsyannikova, de 45 años, huyó a
Francia con su hija tras lograr evadir la vigilancia del arresto
domiciliario.
Desde París, el ministerio francés de Asuntos Exteriores
denunció inmediatamente la decisión de la justicia rusa,
afirmando estar "muy preocupado por la intensificación de la
campaña de represión llevada a cabo por las autoridades de Moscú
contra las voces críticas del poder".
La reportera era -y es- una de ellos, a pesar de que algunos
la acusaron de jugar un doble juego y de ser en realidad una
espía a sueldo del Kremlin por su pasado de propagandista y
porque pidió que las sanciones sólo afectaran al presidente y
los oligarcas, salvando así la economía del país y, en
consecuencia, la vida de los ciudadanos.
A sus detractores no les bastó las 14 horas de
interrogatorio sin abogado, las continuas protestas contra Putin
o los vídeos en los que la periodista decía estar "sinceramente
arrepentida" de haber contribuido a "convertir a los rusos en
zombies con propaganda" trabajando "para la emisora ;;estatal
Perwyj Kanal".
Tras la incursión televisiva, la periodista renunció a la
cadena y trabajó durante un período en Welt, en Alemania.
En julio de 2022, sin embargo, se vio obligada a regresar a
Rusia debido a un litigio con su exmarido, Igor Ovsyannikov, por
la custodia de su hija de 11 años: un tribunal de Moscú resolvió
estableciendo que debería quedarse con su padre porque la madre
"se dedica a actividades políticas".
Su protesta contra Moscú y la guerra continuó y, tras otra
manifestación solitaria, la reportera acabó bajo arresto
domiciliario acusada de difundir información falsa sobre las
Fuerzas Armadas rusas.
Una espada de Damocles que Ovsyannikova llevaba consigo
incluso después de huir a Francia y que ahora ha caído
definitivamente sobre ella. (ANSA).
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