(ANSA) - KIEV, 04 OTT - Ucrania aumenta el impacto de su
contraofensiva, pasando de ataques aislados a un asalto masivo
en suelo ruso: decenas de drones ucranianos atacaron Belgorod,
Bryansk y Kursk por la noche, según el Ministerio de Defensa de
Moscú, que afirmó haber derribado 31 UAV en lo que llamó un
"ataque terrorista".
No hubo víctimas durante el conflicto, pero se han dañado
edificios y un carísimo sistema de defensa aérea S-400 Triumph
fue destruido en Belgorod, afirmaron los servicios ucranianos.
Según el gobernador de Bryansk, Alexander Bogomaz, los
ucranianos habrían atacado 50 viviendas y edificios con
municiones de racimo, prohibidas por decenas de países debido a
sus devastadoras consecuencias sobre civiles, pero utilizadas
desde hace tiempo durante la guerra.
Las fuerzas ucranianas confirman a Crimea como el escenario
de la confrontación. Según el Gur Defence Intelligence, los
hombres de las fuerzas especiales Stuhna y Bratstvo aterrizaron
en el territorio ocupado de la península, lo que desencadenó un
combate que dejó "muchos muertos y heridos entre los invasores",
pero también "bajas en la defensa ucraniana", informó el
portavoz de los agentes secretos, Andriy Yusov.
La incursión, cuyo objetivo principal era filmar un video
con la bandera de Ucrania flameando sobre la península, fue
desmentida por Moscú. El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber
frustrado el desembarco nocturno en Crimea: "Las acciones de las
fuerzas aéreas rusas detuvieron el intento de penetración de un
grupo de desembarco de las fuerzas armadas ucranianas, que se
dirigía en dirección a Tarkhankut con una lancha militar y tres
motos acuáticas".
Hasta el momento no hay confirmación oficial de lo ocurrido
durante la invasión, pero está claro que las fuerzas de Kiev
están presionando para obtener resultados útiles que les
permitan lograr sus demandas de apoyo occidental.
Una ayuda que parece desvanecerse en los últimos días,
luego de que los fondos estadounidenses con destino a Kiev
fueran retirados del proyecto de ley que evitó el cierre de los
Estados Unidos.
El presidente Joe Biden expresó su preocupación por la
posibilidad de que las peleas internas en el partido republicano
creen problemas al ayudar en la guerra, y anunció que dará
próximamente un importante discurso sobre Ucrania. Mientras
tanto, Washington le entregó a Kiev 1,1 millones de municiones
iraníes incautadas por Estados Unidos, con destino previo a los
rebeldes Houthi en Yemen.
Tras visitar a las tropas ucranianas en Jarkov, el
presidente Zelensky insistió nuevamente en lo "importante que es
que nuestros aliados no se cansen y se mantengan tan motivados
como nosotros". "Siento que hay apoyo de los Estados Unidos, la
Casa Blanca y el Congreso, a pesar de que se expresaron
opiniones diferentes, la mayoría apoya a Ucrania. Estoy
convencido de que así será también en el futuro", subrayó el
mandatario ucraniano. Además, añadió que "Estados Unidos estará
con nosotros y Europa estará de nuestro lado", agradeciendo a
Italia y a la Primera Ministra, Giorgia Meloni, en una
entrevista concedida a Skytg24.
El líder ucraniano volvió a encender las alarmas por el
escaso suministro de armas de su ejército: "Nuestra
contraofensiva avanza, pero faltan balas y proyectiles
antiaéreos. El invierno es otro desafío al que se enfrenta
nuestra población y el ejército ucraniano. Debemos superarlo sin
perder la iniciativa en el campo de batalla".
Para lograrlo, insistió Zelensky, Ucrania está "haciendo
todo lo posible para equiparse con más sistemas de defensa aérea
antes de que llegue el invierno. Ahora esperamos determinadas
decisiones de nuestros socios".
El presidente de Ucrania renovó su invitación al Papa para
que visite Kiev, pero sólo evoca la necesidad de traer de vuelta
a casa a los niños ucranianos deportados. A su vez, aclaró que
no existe apertura al diálogo con Moscú, ya que Vladimir Putin
no es un hombre de fiar. "Rusia no está interesada en la vía
diplomática. Tanto el Vaticano como Turquía lo han intentado,
pero el resultado es siempre el mismo: nadie ha tenido éxito. No
porque los líderes no sean fuertes, sino porque el fin de la
guerra no va de la mano con los deseos de Putin", es la
convicción del presidente.
"Putin decidió seguir adelante, bloqueará cualquier acuerdo,
basta con ver el acuerdo sobre los cereales", concluyó Zelensky.
De esta forma, todo se pone en juego sobre las armas y el
terreno a 600 días del comienzo de la guerra. (ANSA).
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