(ANSA) - BRUSELAS, 03 OTT - Del programa unitario y
prioritario a una ocasión continua de divisiones: es el Pacto
Verde Europeo como se muestra hoy, luego de que la Eurocámara
fuera incapaz de hallar la mayoría necesaria para aprobar el
nombramiento del holandés Wopke Hoekstra como nuevo comisario
para el Clima y los nuevos poderes del Pacto Verde para el ya
vicepresidente del ejecutivo UE, el eslovaco Maros Sefcovic.
Más que la proximidad de las elecciones europeas, como ya
ocurrió en verano con la Ley de Restauración de la Naturaleza,
esta vez pesaron las toxinas de las campañas electorales
nacionales, la que acaba de concluir en Bratislava y la que aún
está en marcha en Países Bajos.
Los dos puestos, coordinación del Pacto Verde y carteras
climáticas, estuvieron en manos de Frans Timmermans hasta el 22
de agosto pasado y permanecieron vacantes tras su dimisión. Se
trata de dos funciones esenciales para llevar adelante la agenda
verde internamente y prepararse para la COP 28 en Dubái, que
comienza el 30 de noviembre, donde el objetivo de la UE es
convencer a los socios de que la sigan en políticas climáticas
más ambiciosas.
La grieta en la Eurocámara nace de la vaguedad de algunas
respuestas de los interesados, en primer lugar de Sefcovic
relativa a la agenda de los próximos meses. Pero también de un
veto cruzado del S&D (Socialistas y Democráticos) y el PPE
(Populares), fruto envenenado de las campañas electorales
nacionales. La de Eslovaquia mostró el domingo pasado la
victoria del prorruso socialista Robert Fico. Y la aún en curso
en los Países Bajos.
Hoekstra se presentó en el aula haciendo un mea culpa
respecto a los años del Covid, en los cuales de ministro de
Finanzas se colocó como jefe de los "frugales", los países que
se oponían a cualquier aumento del presupuesto en favor de
Italia y España. Pero no sirvió. Los S&D se dijeron
"desilusionados" y le pidieron clarificar los compromisos para
los países pobres en la COP28, tanto respecto a "clientes y
proyectos" de su pasado en la empresa de asesoramiento McKinsey.
Sefcovic, familia socialista, es, en cambio, considerado por los
S&D adecuado al rol.
Una posición que no gustó seguramente a los populares, que
hicieron saber que piensan exactamente en modo opuesto. Pleno
apoyo a Hoekstra,
considerado cercano a la familia del PPE si bien pertenece al
partido de los liberales holandeses.
Y un rotundo rechazo hacia Sefcovic, con el rumano Marian
Marinescu que incluso le atacó por haber estudiado en Moscú en
los '80.
Todavía hay tiempo para superar el punto muerto en el que se
encuentran las nominaciones mañana, cuando los eurodiputados
examinarán las respuestas de los candidatos a las nuevas
preguntas formuladas tras el punto muerto. Si no hubiera
acuerdo, todo se aplazaría hasta al plenario de noviembre, con
el debido respeto al Pacto Verde. (ANSA).
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