Pero esa página histórica, advierte, no se hará "sin" ni en "contra" del Estado francés.
De hecho, durante los próximos seis meses, el gobierno preparará -junto con los representantes electos de la región- un proyecto de autonomía en forma de ley constitucional.
"El status quo sería la derrota de todos", afirmó ante la Asamblea de Córcega después de un año y medio de negociaciones y discusiones iniciadas tras la violencia que estalló en la isla en 2022, luego de la muerte del militante independentista Yvan Colonna.
El militante había sido atacado en prisión, donde cumplía cadena perpetua por matar al prefecto Erignac, en 1998.
El jefe de Estado recibió aplausos de la Asamblea de Córcega y la lógica satisfacción de los nacionalistas de la isla, pero el camino es cuesta arriba para el tan esperado proyecto de ley.
Macron propuso a los representantes de la isla reunidos en la Asamblea que, como las demás comunidades territoriales, está dominada por los nacionalistas, "la entrada de Córcega en la Constitución".
En concreto, el jefe de Estado francés anunció "un servicio público de enseñanza a favor del bilingüismo", que incluye el francés y una lengua corsa "que se colocará en el centro de la vida".
Corresponderá ahora a los representantes electos en la isla "construir un acuerdo" en seis meses con el Gobierno sobre un "texto constitucional orgánico" que modifique el estatuto de Córcega.
Ahí, sin embargo, muchos ya consideraron muy difícil la tarea trazada por un Macron: seis meses de trabajo entre el Gobierno y los representantes de la isla darán como resultado un texto, que sin embargo, deberá llegar a encontrar los votos de la Asamblea Nacional y del Senado reunidos en el "Congreso".
En definitiva, será necesario obtener tres quintos de las cámaras reunidas, tarea difícil en una Asamblea de diputados, donde sólo hay una mayoría relativa para el gobierno.
Y un Senado completamente inclinado hacia la derecha, que siempre fue hostil a la autonomía de Córcega.
Al presidente Macron, alternativamente, le quedaría la opción de someter el texto a referéndum.
"Debemos tener la audacia - aseveró Macron ante la Asamblea de Córcega - de construir la autonomía racial en la República".
Un "proyecto de ley orgánico" - explicó el presidente francés - debe permitir la creación de "esta autonomía", que no debe ser "ni contra el Estado ni sin el Estado".
Córcega - prosiguió - "necesita hoy más libertad" para salir de una situación "de incomprensión y de resentimiento" entre los corsos y el continente.
El prudente Gilles Simeoni, presidente del ejecutivo corso: "hay una apertura, pero aún queda todo por hacer".
Para el líder histórico, "lo que se desprende de las palabras del presidente es que no hay líneas rojas y que en las próximas semanas y meses podremos discutir todo, sin tabúes".
Simeoni reconoció "el deseo de consagrar a Córcega un título o un artículo específico de la Constitución".
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