Este último es descrito como el puerto privilegiado de partida para libaneses, palestinos y sirios en fuga del generalizado colapso económico en el Medio Oriente.
El aumento de las partidas de migrantes de las costas libanesas es tan tangible que el gobierno chipriota, país en la frontera europea del Mediterráneo oriental, días atrás describió al Líbano como "una barrera" entre la Unión Europea y el resto del Medio Oriente.
"Si el Líbano colapsa, toda Europa tendrá un problema", escribió el ministro chipriota del Interior, Costatinos Ioannou, en una carta dirigida al vicepresidente de la Comisión Europea, el griego Margaritis Schinas.
De acuerdo con datos difundidos por las autoridades chipriotas y libanesas, aumentaron desde el año pasado y en los últimos meses las salidas desde el norte del Líbano hacia Europa.
Los migrantes sirios, que por provenir de "zonas de guerra" no pueden ser rechazados por Chipre, tienen como objetivo la isla del Mediterráneo oriental. Mientras los libaneses intentan eludir Chipre y se centran en Italia, "el primer país europeo que recibe".
Según otros datos difundido por el ejército y la policía libaneses, de la porosa frontera entre Siria y el Líbano llega un número creciente de migrantes sirios, en fuga de los efectos devastadores de una crisis económica sin precedentes, causada por el conflicto armado que dura ya más de 12 años y sanciones económicas y financieras estadounidenses y de la UE.
Las sanciones fueron impuestas al gobierno de Damasco, aliado de Rusia, China e Irán, pero en el curso de los años hicieron a la sociedad siria aún más vulnerable, rehén de los Señores de la Guerra aliados de diversas potencias extranjeras involucradas en el conflicto En Siria, según ONU, 9 personas de cada 10 vive en la pobreza. En el Líbano, que tiene una población de poco menos de cuatro millones de habitantes y que desde 2019 está envuelta en la peor crisis financiera de su historia, sobrevive desde hace más de un decenio más de un millón de sirios.
Cientos de miles de palestinos, hijos y nietos de los palestinos expulsados ;;de Israel en 1948 y 1967 también se han concentrado en el Líbano durante más de 70 años.
En el Líbano, de acuerdo con la ONU, más del 80% de la población vive en la pobreza, ni los sirios ni los palestinos están protegidos por el Estatuto del Refugiado porque las autoridades de Beirut jamás firmaron la Convención de Ginebra.
En este contexto para muchísimos libaneses, sirios y palestinos obtener una visa de ingreso a los países UE es, de hecho, imposible, porque las condiciones financieras impuestas para entrar al espacio Schengen están prohibidas.
Y arriesgarse a una fuga clandestina por mar a Chipre o Italia parece ser una opción menos peor que la "muerte lenta" en el Líbano o Siria.
Sólo en las últimas 72 horas, las autoridades chipriotas rescataron en el mar a más de 120 inmigrantes libaneses, sirios y palestinos que zarparon desde el norte del Líbano. Los sirios no pueden ser devueltos y permanecerán en el limbo chipriota, mientras que los libaneses y palestinos que viven en el Líbano serán deportados desde donde salieron.
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