El drama de Elancourt, en la periferia oeste de París, asumió connotaciones confusas hoy cuando el abogado de la familia precisó que Safa se encuentra con "muerte cerebral" pero que aún no fue constatado su deceso. La Fiscalía tuvo que convenir y adecuó las palabras.
En Elancourt, en el departamento de Ivelines, una zona bien desarrollada sin particulares problemas de orden público, los vecinos de la casa de la familia involucrada en el drama de Safa, los amigos y muchos jóvenes se reunieron en el cruce fatal.
Según lo que se observa en las telecámaras de vigilancia, Safa llegó con su minimoto con un coche de la policía que lo seguía. Estaba sin casco y miraba hacia atrás. El choque, que tuvo lugar con el auto de los agentes que venía en dirección contraria al cruce, luego de haber efectuado una tarea por el vecindario, fue inevitable.
Reanimado en el lugar, el muchacho llegó un coma al hospital y por él ya no se podía hacer nada más. Está en estado de "muerte cerebral", como se determinó hoy, y parece que los familiares luchan todavía con los médicos para mantenerlo con vida, aunque sea solamente en forma artificial.
Las autoridades están inquietas, el prefecto de Yvelines, tras oír en informe sobre el malestar que surge entre los jóvenes del barrio y recordando la semana de revueltas urbanas en junio tras la muerte de Nahel, que perdió la vida a manos de un policía en Nanterre, actuó en forma cautelosa al enviar a Elancourt, esta tarde, un escuadrón de CRS 8, equipo de policías particularmente adiestrados para afrontar acciones violentas y de guerrilla.
Después del incidente del miércoles se abrieron dos investigaciones: una por homicidio culposo contra policías, dos de ellos fueron detenidos e interrogados, luego liberados hoy en la tarde por la IGPN, la policía interna encargada de las indagaciones a agentes, y la otra por la falta de observancia a una orden de la policía.
En tanto, el abogado de Safa y de la familia, Yassine Bouzrou, presentó una denuncia por homicidio voluntario. Y el embrollo acerca del anuncio de una muerte aún no oficial no contribuyó a sedar los ánimos.
Lo admitió la propia fiscal, Maryvonne Caillibotte: "La información que llegó era imprecisa, y se reveló equivocada. Se trataba de 'muerte cerebral'. Expresamos fuerte consternación, esta situación nos colocó en graves dificultades. Me pongo en el lugar de la familia, no había necesidad de esto...".
Por su parte, los policías se defendieron y hablaron de "incidente", y las imágenes de videovigilancia parecen mostrar que el auto que seguía al muchacho se encontraba "a distancia".
Para el abogado Bouzrou, al contrario, la colisión fue "querida y provocada por los policías".
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