Todos quemados por el sol, todos con su carga de sufrimiento y dolor que hablan de meses, en algunos casos de años, tratando de cruzar el mar, meses de torturas, violaciones, palizas, cansancio, sed. Son los 38 menores, de 49 migrantes, que desembarcaron hoy en La Spezia, la bella ciudad puerto de Liguria, desde el buque Geo Barents.
Estuvieron en el mar una semana antes de ser rescatados.
Al cansancio y la desesperación se suma la tragedia de un compañero de viaje desaparecido, un niño que cayó al mar y nunca más fue encontrado.
Un dato impactante, por si el resto fuera poco, contado por otro menor: "éramos amigos, nos fuimos juntos", se anima a decir a los voluntarios ni bien tocó tierra. El Geo Barents llegó al muelle Garibaldi poco después de las 8.30 de la mañana.
E inmediatamente pasó a llamarse "el barco de los niños", dado que los refugiados rescatados en el mar esta vez son casi todos menores no acompañados. La primera en bajarse fue una joven que dio unos pasos apoyada en los voluntarios de Médicos Sin Fronteras.
Pero al ver su estado la subieron a una camilla y la llevaron al hospital. En los pocos años de su vida también experimentó el horror de la violación: la niña está embarazada, ahora está en una residencia protegida lejos del mar donde será atendida y asistida.
Estas son historias inhumanas que estas pequeñas pero trágicas experiencias adultas llevan consigo. Historias que cuentan a los voluntarios que los arrebataron del mar cuando, una vez desembarcados del gran barco blanco y azul, se detienen bajo las carpas instaladas por Cruz Roja en compañía de voluntarios de Cáritas que les dan comida y agua y ropa limpia .
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA