Si los países del Amazonas no han logrado encontrar un acuerdo para asumir el compromiso concreto contra la deforestación y si no pueden renunciar a la explotación de sus recursos petroleros es porque los países desarrollados no han respetado sus compromisos sobre el financiamiento del desarrollo sostenible en la región.
"La pobreza es un obstáculo para la sostenibilidad", dijo hoy el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al inaugurar la segunda jornada de la Cumbre Amazónica, que también se amplió para incluir a los países invitados (Francia, Noruega, Congo, República del Congo e Indonesia).
De esta manera, el líder del gigante sudamericano respondió a las críticas no solo de los expertos que calificaron de "poco ambicioso" el documento final de la cumbre, la Declaración de Belém, sino también de los de la Alianza y de su propio gobierno sobre la apertura a la explotación de reservas petroleras en la desembocadura del río Amazonas.
La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, había reiterado su oposición a la exploración en el río Amazonas sobre la base de un informe de expertos de la Agencia de Medio Ambiente (Ibama). "No se puede flexibilizar las licencias ambientales, como no se puede flexibilizar la cirugía cardíaca", dijo Silva.
Ante estas críticas Lula respondió hoy recordando que el compromiso de los gobiernos que están llamados a preservar los bosques tropicales tiene un precio, y que hasta ahora los pactos no han sido respetados: "El compromiso de los países desarrollados de movilizar 100 mil millones de dólares al año en financiamiento climático nuevo y adicional nunca se ha implementado. Y ese monto ya ni siquiera corresponde a las necesidades actuales", dijo.
El sentido del mensaje es claro, y se dirige tanto dentro como fuera de la región: para que Brasil deje de explotar sus yacimientos en el río Amazonas, Ecuador debe desmantelar los pozos del Parque Nacional Yasuní y la Guayana y abandonar el sueño de convertirse en miembro de la OPEP. Se necesita una lluvia de dinero, no centavos.
"Los países de las cuencas del Amazonas, Congo y Borneo-Mekong actuarán con decisión para preservar las tres selvas tropicales más grandes del mundo. Pero no podemos dejar de enfrentar la responsabilidad histórica de los países desarrollados", insistió el presidente brasileño.
"El 10% más rico de la población mundial concentra más del 75% de la riqueza y emite casi la mitad de todo el carbono liberado a la atmósfera. No habrá sustentabilidad sin justicia", concluyó Lula.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA