Y, dada la audiencia reunida en la mesa, no era obvio. La cumbre, que siguió a la de finales de junio en Copenhague, de hecho contó con la presencia de Pekín por primera vez y acogió a un grupo de países que va mucho más allá de la coalición occidental que apoya a Kiev.
El delegado de Kiev, Andriy Yermak, dejó claro que la reunión podría haber tomado la dirección correcta. El jefe de la oficina del presidente, Volodimir Zelensky, publicó (como es habitual) el emoticón que muestra el bíceps, junto a la bandera de Ucrania, la de Arabia Saudita (que acogió la cumbre) y la imagen de la Tierra. Por la noche, fuentes europeas confirmaron los avances logrados en la reunión.
Los 40 participantes, subrayaron las fuentes, coincidieron en que cualquier acuerdo de paz debe partir de la soberanía de Ucrania, la primacía de la Carta de la ONU y el respeto al derecho internacional. También acordaron la formación de grupos de trabajo -nuevamente a nivel de asesores nacionales- sobre algunos de los temas clave de la propuesta de paz de diez puntos de Zelensky, desde la seguridad nuclear hasta la seguridad alimentaria mundial, la ayuda humanitaria y la restitución de los niños deportados.
Se habló, explicaron las mismas fuentes, de una posible reunión a nivel de jefes de Estado y de Gobierno. "El calendario sigue pendiente, pero se considera posible hacerlo a finales de este año", explicó.
El primer día de la reunión contó con una sesión plenaria de aproximadamente tres horas y una cena a puerta cerrada. Por el momento, no se prevé una declaración común, también porque hay países en la mesa que tienen posiciones muy distantes. India, Brasil, Sudáfrica, Argentina, así como China, hasta ahora no han compartido el papel del G7 y la UE en el conflicto. Y la ausencia de Rusia, sin invitación, no ha gustado a todos.
"Incluso si Ucrania es la mayor víctima, si realmente queremos la paz, tenemos que involucrar a Moscú en este proceso de alguna forma", explicó el delegado brasileño Celso Amorin, quien asistió a la reunión de forma remota. En cambio, Pekín envió a Li Hui, representante especial para asuntos euroasiáticos, a Yeda. El enviado chino "dijo que estaba a favor de una tercera reunión a este nivel", explicaron las fuentes europeas.
"Las conversaciones serán difíciles pero pueden tener éxito, la verdad está con nosotros", explicó Yermak en vísperas de la cumbre, y reiteró que "la fórmula de paz de Zelensky es la forma de acabar con la guerra". Ucrania tiene toda la intención de aprovechar la oportunidad que ofrece Arabia Saudita para aislar aún más a Moscú.
El miércoles, según el New York Times, Zelensky explicó a sus embajadores que la presión internacional para lograr la paz podría aumentar en los próximos meses. De hecho, se vislumbra en el horizonte una fecha que podría ser decisiva para el apoyo militar a Kiev: las elecciones estadounidenses de 2024.
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