El líder del gigante verde-amarillo vuelve así a su cargo, tras 13 años de ausencia, con el objetivo de desatar los últimos nudos para cerrar el acuerdo comercial con la Unión Europea a fines de 2023.
En particular, la llegada de Lula al frente del organismo, del que también son miembros fundadores Uruguay y Paraguay, coincide con el inicio del semestre del español Pedro Sánchez al frente del Consejo de la UE, uno de los principales jefes de gobierno impulsores del "redescubrimiento" europeo de América Latina.
Una ocasión, por tanto, repleta de importantes oportunidades para las dos regiones, para estrechar lazos y cerrar dosieres pendientes.
Por otra parte, las negociaciones entre los 27 y el Mercosur han sufrido nuevos frenos en los últimos meses, sobre todo por un documento sobre sostenibilidad (con sanciones en caso de incumplimiento) que los europeos querrían sumar al acuerdo que costó más de 20 años de negociaciones, y que el bloque latinoamericano considera inaceptable.
Una cuestión que también surgió en el reciente viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Brasilia y Buenos Aires, y que verá a Sánchez y Lula mediando en la cumbre UE-Celac, los días 17 y 18 de julio, en Bruselas.
Y entre los otros dosieres sobre la mesa de la cumbre del Mercosur, también está el de la aspiración del jefe de Estado uruguayo, Luis Alberto Lacalle Pou, de firmar un acuerdo bilateral con China.
Una iniciativa ya muy criticada por los gobiernos de Lula y Fernández, con el mandatario brasileño en misión a Montevideo poco después de su toma de posesión, para una labor disuasoria.
En aquella ocasión, para responder a los pedidos de reforma de Lacalle Pou, el líder brasileño se había comprometido a modernizar la organización, reiterando al mismo tiempo la importancia de cerrar el acuerdo con la Unión Europea antes de avanzar en cualquier negociación con Pekín.
Una medida dictada también por el temor de que un acuerdo de libre comercio entre Uruguay y China pueda inundar Brasil y los demás países del bloque con productos chinos beneficiarios de aranceles aduaneros reducidos o incluso nulos.
En la cumbre del Mercosur también se espera a los estados asociados (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam), mientras que -a pesar de los esfuerzos de Lula por readmitir a la Venezuela de Nicolás Maduro- todavía parece lejana la posibilidad de un regreso de Caracas, suspendido desde 2016 por incumplimiento de los estatutos de la organización, especialmente en términos de estándares democráticos.
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