Exasperados por meses de tensión -de enero a mayo habían estado presionados por manifestaciones contra la reforma de las pensiones-, los policías denuncian su situación. Pero el lenguaje utilizado por sus sindicatos, en un momento muy delicado en Francia, ha hecho alzarse a la izquierda, que ha señalado con el dedo "una amenaza de sedición" y "un llamado a la guerra civil".
El mensaje "incendiario" fue firmado por el sindicato mayoritario de la policía, Alianza, y por UNSA, y el tenor ya se puede entender en el mensaje público que lanzan: "Basta...
frente a estas hordas salvajes, pedir calma no es atinado, no ha, hay que imponer el orden!" escriben los sindicatos.
"Restaurar el orden republicano y poner a los detenidos en condiciones de no hacer daño deben ser las únicas señales políticas", cotan.
Y otra vez claman: "Es hora de la batalla". Al final de la nota de prensa, escritas en negrita, las explosivas palabras: "Hoy los policías están peleando, porque estamos en guerra.
Mañana vamos a hacer resistencia y el gobierno tendrá que tomar conciencia".
"Los 'sindicatos' que lanzan llamamientos a la guerra civil deben aprender a callarse", tuiteó Jean-Luc Mélenchon, el político símbolo de la izquierda. "Hemos visto cómo este tipo de declaraciones lleva a conducta homicida", amplió tajante. El líder de La France Insoumise invitó al "poder político" a "retirar la policía: los que quieren calma no echan leña al fuego".
Así se hizo eco el diputado de su propio partido, señalado por muchos como su sucesor, Francois Ruffin: "Los sindicatos policiales dicen que están 'en guerra' y están preparando 'resistencia', incluso contra el gobierno".
Del mismo partido, el diputado Ugo Bernalicis pide la sanción por "incitar a la gente a armarse contra la autoridad del Estado". Los ecologistas, representados por Sandrine Rousseau, definen la afirmación policialcomo "una amenaza de sedición".
También hubo una respuesta de los sindicatos de hombres y mujeres uniformados: "Cuando decimos que resistiremos -dijo Thierry Clair, de la UNSA- significa que lucharemos por una mejor protección legal para los policías".
Mientras tanto, entre los uniformados circula un modelo de carta a firmar para declarar la voluntad de "devolver el arma de servicio" (o sea retirarse) por parte de quienes no se consideran suficientemente protegidos legalmente en caso de que abran fuego.
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