(ANSA) - BRUSELAS, 21 APR - El secretario general de la OTAN,
Jens Stoltenberg, se pronunció hoy sobre el hecho de que "se
están llevando a cabo discusiones" sobre la entrega adicional de
"otros tipos de aviones" a Ucrania después de que Polonia y
Eslovaquia suministraran sus MiG-29 de la era soviética.
Sin embargo, la atención se centró en "defensa aérea y
municiones".
En ese sentido, se tocó un punto delicado, porque la Unión
Europea corre el riesgo de quedarse estancada en su plan de
dotar a Ucrania de un millón de balas de 155 mm en el plazo de
un año, como decidió hace poco más de un mes.
El ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba quien se
conectará por videoconferencia con el Consejo de Asuntos
Exteriores el próximo lunes- lanzó acusaciones precisas.
"El hecho de que la Unión Europea no implemente su decisión
sobre el suministro conjunto de municiones para Ucrania es
frustrante", escribió en Twitter.
El retraso se debe en gran parte a Francia, que insiste en
que el acuerdo político de apoyo a la industria de defensa
europea, con subvenciones para aumentar la capacidad de
producción para producir ese millón de cartuchos, se "traduzca
fielmente" en los textos legales.
El problema es que, para París, toda la cadena de suministro
debería ser europea, lo que excluiría del juego a algunas
grandes empresas.
Una interpretación demasiado estrecha (y demasiado favorable
a Francia) para casi la totalidad de los 27 países.
"A los demás les explican cuál es el interés de cada uno,
pero normalmente el interés común se decide en conjunto, no por
un solo país", observó una fuente diplomática.
Pero el acuerdo, al parecer, ahora está cerca. Y la versión
ortodoxa de las cadenas de valor será archivada.
Lo importante es que las disputas europeas no le roben
protagonismo a lo que de verdad importa, que es darle a Ucrania
lo que necesita para que la contraofensiva de primavera "no se
convierta en una de verano, o peor, en una de otoño".
Las cumbres de Ramstein, con tracción estadounidense, tienen
precisamente este objetivo: no perder de vista la visión
general.
Jens Stoltenberg, recién llegado de su visita sorpresa a
Kiev, llevó una noticia a los aliados: el presidente ucraniano,
Volodimir Zelensky, asistirá a la cumbre de líderes de la OTAN
en Vilnius en julio próximo.
No era obvio, dado que había vinculado su presencia "a
resultados concretos" para Ucrania, o sea, una clara apuesta por
la entrada de su país en la alianza.
Stoltenberg, en Kiev, reiteró simbólicamente que "el lugar
de Ucrania está en la OTAN". aunque también repitió que ahora
no es el momento de hablar de eso, porque primero se debe
asegurar la supervivencia del estado ucraniano.
Berlín, por su parte, se encuentra en esa línea.
"La puerta está un poco abierta, pero hay que decidir con la
mente fría y el corazón caliente, no al revés", dijo el ministro
de Defensa alemán, Boris Pistorius, postergando todo hasta
después del conflicto.
En resumen, el esfuerzo debe concentrarse en la logística de
la guerra, asegurándose de que el material suministrado hasta
ahora (incluidos tanques y vehículos blindados) pueda hacer su
trabajo.
Stoltenberg aseveró tener confianza de que las fuerzas de
Kiev puedan "reconquistar más terreno".
No es un aspecto secundario. Porque muchos en Bruselas notan
que se están formando "algunas grietas" en la unidad mostrada
hasta ahora.
En definitiva, lo que Zelensky necesita ahora algo más que
la defensa heroica de Bakhmut. (ANSA).
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA