(ANSA) - KIEV, 20 APR - Jens Stoltenberg pone un pie en
Ucrania para una visita histórica, la primera del secretario
general de la OTAN desde que comenzó la invasión rusa, quien en
vísperas de la reunión de Ramstein envía un mensaje claro a
Moscú: la Alianza Atlántica da todo su apoyo a Ucrania, mientras
se espera la contraofensiva en el este.
En Kiev, Stoltenberg se reunió con Volodimir Zelensky a
quien le reiteró que "el lugar de Ucrania está en la familia
euroatlántica" y "con el tiempo, nuestro apoyo ayudará a que
esto sea posible".
Por otro lado, el presidente ucraniano también ha querido
lanzar su mensaje: "Es hora" de que Kiev se una a la OTAN y se
acelere el suministro de armas de largo alcance. Palabras que no
gustan al Kremlin, para el que una entrada de Kiev a la Alianza
significaría "una amenaza grave y sustancial para Rusia y su
seguridad".
Prevenirlo, por lo tanto, sigue siendo uno de los
objetivos de la "operación militar especial", dijo el portavoz
Dmitry Peskov. Mientras que el halcón del presidente Putin,
Dmitri Medvedev, bromea sobre el inminente final del mandato de
Stoltenberg, de quien dice que apoya la entrada de Ucrania en la
OTAN pensando que "afortunadamente no estará ahí" cuando suceda.
La visita sorpresa del secretario de la OTAN es "una señal
de que la Alianza está lista para comenzar un nuevo capítulo en
las relaciones, un capítulo de decisiones ambiciosas", subrayó
Zelensky en una conferencia de prensa, durante la cual agradeció
la invitación a participar en el Cumbre de la OTAN en Vilnius,
en julio.
Pero para esa fecha, "es importante que Ucrania también
reciba una invitación correspondiente" a la Alianza, según el
líder ucraniano que apeló a Stoltenberg para ayudar a superar
las "reticencias" de los socios en el suministro de armas de
largo alcance, cazas modernos, artillería y vehículos blindados.
"La inhibición de decisiones apropiadas es tiempo perdido
para la paz y para la vida de nuestros soldados, que aún no han
recibido la cantidad vital de herramientas de defensa", dijo
Zelensky.
Junto a él, el secretario de la OTAN subrayó que "espera
que los aliados de la OTAN, en la cumbre de Vilnius, decidan
reforzar aún más el paquete para Ucrania con un apoyo aún
mayor". Y el tema de la adhesión de Ucrania y las garantías de
seguridad "estará entre las prioridades de la reunión y también
en vista de los preparativos para la cumbre", acotó.
Antes de Vilnius, sin embargo, todas las miradas están
puestas en la reunión del grupo de contacto en Ramstein, donde
"hablaremos del apoyo militar a Ucrania, en el que trabajamos
todos los días", aseguró el secretario de la OTAN. "Un Ramstein
importante", subrayó Zelensky, al explicar que aquí también
Ucrania presionará en el suministro de armas y municiones, un
punto crucial en la agenda de Kiev mientras prepara la
contraofensiva.
Tanto es así que, según el ministro de Asuntos
Exteriores, Dmytro Kuleba, "la incapacidad de la Unión Europea
para implementar su decisión sobre la adquisición conjunta de
municiones para Ucrania es frustrante". De hecho, para Kiev, "el
costo de la inacción se mide en vidas humanas". Pero mientras
tanto, Dinamarca ha anunciado que, junto con los Países Bajos,
donarán 14 tanques Leopard 2 a Kiev. Podrían llegar a Ucrania a
principios de 2024.
Mientras la batalla continúa sobre el terreno, el juego de
la guerra se juega una vez más con las armas, incluso en el otro
lado del frente. Según documentos filtrados del Pentágono y
citados por el Financial Times, a principios de este año el
grupo de mercenarios rusos Wagner había pedido a China
"municiones y equipos" para usar en la guerra, sin embargo, sin
tener éxito.
De hecho, Pekín "no envió" a Wagner "ninguna arma, ni
siquiera para probar". Y junto a las convencionales, también hay
razonamientos sobre las armas económicas: Estados Unidos y
algunos de los principales aliados de Ucrania están
considerando, de hecho, una prohibición casi total de las
exportaciones a Rusia, según rumores recogidos por la agencia
Bloomberg. Una idea que se discutiría de cara al G7 en Japón en
mayo, y que le gusta a Kiev, según la cual el bloqueo total a
las exportaciones rusas "es la única forma de castigar a Moscú
por estos crímenes aquí y ahora", dijo el asesor del presidente
de Ucrania Mykhailo Podolyak.
Mientras tanto, tras la condena de Vladimir Kara-Murza, el
Parlamento Europeo aprobó una resolución para instar a los
países de la UE a proporcionar visas humanitarias a los
disidentes rusos en riesgo. La Eurocámara pide la liberación
inmediata del opositor Alexei Navalny y denuncia "la escalada de
violaciones de derechos humanos por parte del régimen ruso" y
"condenando la represión". (ANSA).
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