(ANSA) - ROMA 23 MAR - Kiev está lista para lanzar una
contraofensiva para alejar a las tropas rusas de Bakhmut, en el
Donbás, aprovechando el hecho de que estarían ya "extenuadas"
después de meses de asedio infructuoso.
El anuncio fue hecho por el comandante de las fuerzas de
tierra ucranianas, Oleksandr Syrsky, en el día en el que
Ucrania recibió los primeros jets de combate de un país de la
OTAN, cuatro Mig-29 donados por Eslovaquia, que entregaría 13 en
total.
El arribo de los cazas, por lo demás anticuados y en tierra
desde hace varios meses, provocó la reacción de Moscú: "Los
países de la OTAN y de la UE continúan el recorrido hacia una
escalada del conflicto, buscando de arrastrarlo y combatir hasta
el último ucraniano", dijo el viceministro ruso de Exteriores,
Alexander Grushko.
Pero los rusos parecen tener problemas más urgentes, según
escribe el Conflict Intelligence Team, una organización código
abierto con sede en Tbilisi, según la cual Moscú recobra de los
depósitos de blindados T-54 y T-55, que datan de la década del
'50, probablemente para hacer frente a las pérdidas de medios
acorazados en Ucrania.
En tanto Rusia anunció haber puesto en órbita un nuevo
satélite militar, el Kosmos-2567, llevado al espacio por un
cohete Soyuz-2.1 lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk.
En tanto, no se aplacan las reacciones de Moscú tras la
noticia de que Londres se apresta a enviar a Ucrania proyectiles
perforadores antitanque de uranio empobrecido.
"Los países occidentales encabezados por Estados Unidos
decidieron llevar a la humanidad al borde de un Armagedón
nuclear", vociferó el embajador ruso en Washington, Anatoly
Antonov.
Mientras el expresidente Dmitri Medvedev habló de la orden
de captura emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra
Vladimir Putin, y advirtió que el país que la realice se haría
responsable de una "declaración de guerra" contra Moscú.
Las fuentes militares ucranianas continúan difundiendo
noticias que hablan de las dificultades que hallarían las tropas
rusas. El Estado Mayor de Kiev escribió el miércoles que las
fuerzas de Moscú abandonaron, sin siquiera combatir, Nova
Kakhovka, la ciudad situada en la ribera izquierda del río
Dniépr, en la región de Jérson, donde se habían retirado en
noviembre pasado luego de haber dejado la ciudad capital.
Poco después el ejército ucraniano dio marcha atrás con una
auto desmentida en la que admitió que se equivocó y analizó "los
datos disponibles". Nova Kakhovka es de importancia estratégica
porque está situada cerca de un dique, en la salida de una
enorme cuenca, utilizada para la provisión hídrica y eléctrica
de Crimea.
Justamente en la región de Jérson llegó hoy de visita el
presidente Volodimir Zelensky, luego de la misión del miércoles
en el frente de Bakhmut. En primera línea, la parte rusa, para
la conquista de esta última ciudad, dispone la compañía privada
Wagner, que según la agencia estadounidense Bloomberg estaría
lista para abandonar la batalla por los demasiados contrastes
con Moscú y transferir sus fuerzas a Africa, donde ya está
presente en varios países.
Yevgeny Prigozhin, fundador y jefe del grupo, inmediatamente
lo desmintió: "Mientras nuestro país tenga necesidad de
nosotros, permaneceremos en combate en Ucrania", dijo.
En tanto, si la ofensiva de Bakhmut parece haberse atascado,
la inteligencia militar británica advierte que más al norte los
rusos avanzan hacia la ciudad de Kupyansk, en la región de
Járkov, que es un hub logístico.
Se actualiza asimismo el balance de las víctimas de los
últimos bombardeos. Según los servicios de emergencia
ucranianos, ascienden a 9 los muertos tras un ataque con drones
realizado la madrugada del miércoles por los rusos en la ciudad
de Rzhyshchiv, sudeste de Kiev. Y dos personas murieron la
pasada noche en un ataque misilístico en la ciudad de Avdiivka,
en la región de Donetsk. (ANSA).
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