Roma, con postura enérgica en la Cumbre UE

El Pacto Verde sobresale en la agenda. Italia habla de costos

Un jueves con tenso Summit en Bruselas (foto: ANSA)
Un jueves con tenso Summit en Bruselas (foto: ANSA)

(ANSA) - Por Michele Esposito - La estrategia es evitar quirúrgicamente la confrontación abierta y el objetivo, marcar una línea común sobre los grandes retos que le esperan a Europa de aquí a final de año. De ese modo puede resumirse la cumbre de los 27 que se abre este jueves en Bruselas y que está llamada a hacer malabares con estos dos extremos y al mismo tiempo dar un respaldo político a la estrategia de competitividad de Ursula von der Leyen.
    No se percibe que habrá avances. Será, para decirlo como un alto funcionario de la UE, una cumbre "geoeconómica", variada en temas pero con un par de molestos "convidados de piedra": la reforma del Pacto de Estabilidad y el capítulo medioambiental, que incluye, entre otras cosas, el expediente nuclear. Es, justamente, en estos dos temas en los que podría romperse la balanza.
    Tanto en la gobernanza económica como en las tecnologías verdes, la premier italiana Giorgia Meloni no escuchará. Hay un primer tema que Italia ya ha puesto en las mesas europeas: Net Zero (es decir, estar lo más cerca posible de emisiones nulas), cuyos objetivos pueden ser compartidos, pero que necesita ser alimentada por recursos comunes. Roma no está sola en este punto.
    Meloni habló de ello en una conversación telefónica con el primer ministro polaco -y su aliado- Mateusz Morawiecki, pero hay al menos una veintena de capitales de la UE que comparten la línea italiana. En el PE (Partido Europeo, populares), el rápido desarrollo de un instrumento común une incluso a la mayoría de centro-derecha y al S&D (Social Democracia). Sin embargo, los líderes de la UE hablarán en profundidad sobre el fondo de soberanía europea solo en la cumbre a fines de junio.
    Por el momento falta tanto una propuesta ad hoc de la Comisión como un amplio consenso entre los 27. Y es aquí donde el tema se cruza con la reforma del Pacto.
    Para Italia, el nuevo Pacto no debe verse como un capítulo aparte con respecto a la estrategia para una UE competitiva y verde. Traducido: pedir inversiones en el expediente requiere, sobre todo para aquellos con poco espacio fiscal, flexibilidad en la vía de pago de la deuda o una regla de oro ad hoc para los recursos gastados en la transición y quizás también para la defensa, otro sector sobre el que quiere Bruselas pisar el acelerador.
    En las conclusiones de la cumbre, salvo giros y vueltas, se volverá a garantizar una cierta flexibilidad en el uso de los fondos existentes, es decir, RePowerEU, los fondos de Cohesión y sobre todo los Recovery. Pero en Roma no es suficiente. Y el surgimiento de tensiones con los "frugales", que en cambio piden parámetros rígidos para el pago de la deuda, están a la vuelta de la esquina.
    Así como el debate sobre tecnologías y fuentes renovables podría convertirse en un caminar sobre brasas. La energía nuclear, o más bien su inclusión, estará seguramente sobre la mesa y la impresión es que, aunque en su forma más vanguardista y 'limpia', podría incluirse en las conclusiones de la cumbre.
    El presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz hablarán de ello en una reunión bilateral que tendrán. Es posible que, en esa ocasión, también se aborde el dossier del freno a los coches contaminantes a partir de 2035.
    El Consejo de la UE hará todo lo posible para que el tema no se discuta en la cumbre, relegandolo a una negociación entre la Comisión y Berlín. El muro alemán, además, parece menos infranqueable también porque la UE ha entregado a Scholz una propuesta ad hoc sobre la inclusión de los e-fuels. Sin embargo, los biocombustibles queridos por el gobierno italiano quedan fuera del compromiso. Y, siendo así las cosas, la posición de Roma seguirá siendo contraria.
    Solo se hablará de migrantes durante la cena, con el punto de información de Von der Leyen. Ese capítulo, en la agenda, es marginal. Pero alguien hablará de eso: el holandés Mark Rutte. Y también se sumará Meloni, poniendo sobre la mesa de los altos mandos la alarma por la crisis de Túnez. (ANSA).