(ANSA) - KIEV, 14 MAR - Se combate también bajo tierra en
Bakhmut, en la red de túneles de la instalación industrial Azom.
Al menos según los mercenarios de la brigada Wagner: en el
canal del grupo paramilitar de Yevgeny Prigozhin publicaron
imágenes que los retratan en la instalación para el trabajo con
metales en el centro de la ciudad, la misma en la que en
diciembre el presidente Volodimir Zelensky entregó medallas a
los defensores de Bakhmut y donde ahora arrecia la batalla.
Es la batalla símbolo, hasta la última munición, hasta el
último cuerpo a cuerpo, en la que ni siquiera Kiev pretende
ceder un centímetro, ni ahora que todo alrededor está casi en
cenizas.
Quedan pocas almas en Bakhmut, el resto fue devorado por la
guerra, pero también hoy Zelensky mantuvo otra reunión con sus
militares y "después de considerar el comportamiento de la
operación defensiva en dirección a Bakhmut, todos los miembros
del Estado Mayor expresaron una posición común sobre la
necesidad de mantener y defender la ciudad", hizo saber la
presidencia en una nota.
Kiev sostiene el punto que no desea conceder a Moscú la
posibilidad de plantar una bandera a ofrecer a su opinión
pública, Es verdad que desde hace meses las fuerzas rusas no
avanzan en una manera significativa y Ucrania está determinada a
convertirse en una pared, en el intento de mantener a Rusia con
el camino cerrado.
Dejar Bakhmut -se explicó en Kiev en el más alto nivel-
sería dar la posibilidad a las fuerzas de Putin de abrir una
puerta. Pero la resistencia está pagando el precio de miles de
muertos, de ambos bandos.
El Washington Post habla de una investigación en la que
emerge que las fuerzas ucranianas sufrieron pérdidas
significativas de hombres y armas desde el comienzo de la
guerra, al punto que ahora los aliados occidentales ponen en
duda si resistir en Bakhmut es una estrategia correcta.
"La calidad de las fuerzas ucranianas se vio degradada por
un año de pérdidas, el humor de las tropas en primera línea es
sombrío, algunos funcionarios ucranianos ponen en duda la
prontitud de Kiev en organizar la contraofensiva de primavera",
subraya el diario estadounidense, y afirma que Ucrania podría
sufrir pronto hasta 120.000 muertos y heridos, respecto a los
200.000 rusos, si bien las pérdidas son mantenidas en secreto
también a los aliados.
El Washington Post observa además, sobre la base de
evaluaciones de fuentes occidentales y ucranianas, que el flujo
de reclutas inexpertos, llevados a la batalla por el ejército de
Kiev para taponar las pérdidas, cambió el perfil de las fuerzas
ucranianas, que sufren incluso una carencia de base de
municiones, incluidos los proyectiles de artillería y las bombas
de mortero, según el personal militar en el terreno.
La situación actual en el campo de batalla podría aún no
reflejar un cuadro completo de las fuerzas ucranianas, explicó
un funcionario estadounidense, porque Kiev adiestra tropas para
la próxima contraofensiva separadamente y las deja
deliberadamente fuera de los combates en curso, también aquellos
para la defensa de Bakhmut.
Y pronto Ucrania podría desplegar los Leopard 2 alemanes,
porque -según la CNN que cita a un vocero del comando de
adiestramiento especial de la Bundeswehr, el ejército alemán-
los soldados ucranianos casi completaron su entrenamiento en los
blindados en Munster, Alemania.
En tanto, en el este de Ucrania continua el goteo diario de
muertos y heridos entre los civiles: en Kramatorsk, horas atrás,
un cohete ruso daño seis edificios y mató un civil, y seis
quedaron heridos. En la región de Járkov, una mujer de 55 años
que se hallaba en un auto cuando la zona fue bombardeada por la
mañana falleció instantáneamente. (ANSA).
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