(ANSA) - ROMA, 24 FEB - El presidente ruso, Vladimir Putin,
"tiene solo tres asesores: Iván el Terrible. Pedro el Grande y
Catalina la Grande", así habría explicado Serguéi Lavrov la
decisión del presidente ruso de excluirlo a él, su ministro de
Asuntos Exteriores, de la decisión de invadir Ucrania aquel
trágico 24 de febrero, hace exactamente un año.
Según un extenso artículo del Financial Times, el mandatario
ruso decidió lanzar su "operación militar especial"' en secreto,
hablando solo con unos pocos asesores de gran confianza y
manteniendo en las sombras a prácticamente todo el liderazgo de
Moscú, incluido Lavrov, quien "alrededor de la 1 de la mañana
del 24 de febrero recibió una inquietante llamada telefónica:
después de meses de preparar una fuerza de invasión de 100.000
hombres en las fronteras con Ucrania, Vladimir Putin había dado
luz verde a la invasión".
La decisión "tomó a Lavrov totalmente por sorpresa",
escribió el periódico en su artículo. en el que cita a seis
antiguos confidentes de Putin, personas involucradas en el
esfuerzo de guerra ruso y altos funcionarios actuales y
anteriores en Occidente.
"Solo unos días antes, el presidente ruso había sondeado a
los miembros de su consejo de seguridad sobre la posibilidad de
reconocer los dos pequeños estados en Donbás", pero "no les
había comunicado sus verdaderas intenciones".
Todos los principales líderes del Kremlin "solo se enteraron
de la invasión cuando vieron a Putin declarar una 'operación
militar especial' en la televisión esa mañana".
Durante una reunión ese mismo día con varios oligarcas,
"todos estaban perdiendo la cabeza" porque sabían que las
sanciones los golpearían duro", dijo uno de los presentes al
periódico.
"Uno de los oligarcas le preguntó a Lavrov cómo Putin pudo
haber planeado una invasión tan grande con un círculo tan
pequeño, tanto que la mayoría de los altos funcionarios del
Kremlin, el gabinete económico de Rusia y su élite empresarial
ni siquiera creían que fuera posible. 'Tiene tres asesores',
respondió Lavrov. Iván el Terrible, Pedro el Grande y Catalina
la Grande'".
Según el plan de invasión de Putin, "se suponía que las
tropas rusas tomarían Kiev en cuestión de días. Pero no lo
hicieron, 'todo salió terriblemente mal'" dijo al periódico un
ex alto funcionario ruso.
A pesar de esto, Putin sigue insistiendo en la guerra,
mientras que "la mayor parte de la administración presidencial y
el gabinete económico le dicen a sus amigos que se oponen a la
guerra".
Cada vez más aislado, el mandatario ruso toma decisiones
asesorado únicamente por su círculo íntimo.
Pero "las demandas de lealtad de Putin solo aumentaron el
incentivo para que los asesores le digan lo que quiere oír".
Porque el presidente ruso "prefiere la lealtad a la
competencia".
"Stalin era un tipo malo, pero un buen gerente, porque no
podías mentirle. Pero nadie puede decirle la verdad a Putin",
aseveró una de las fuentes cercanas al presidente ruso.
"Las personas que no confían en nadie comienzan a confiar
en un número muy pequeño de personas que mienten", agregó.
(ANSA).
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